CÁDIZ

Por fin, Viernes Santo

El itinerario a oscuras de Buena Muerte, uno de los atractivos de una tarde de estrenos y aceras pobladas de gaditanosLas cinco corporaciones salen después de tres años de mal tiempo

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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Cielo rojo sangre en la noche donde Cristo está ausente. Por no estar, ni la luna se hizo visible. Suerte que Cádiz pareció querer ser consuelo para el luto de la Virgen. Aceras pobladas en una tarde-noche aceras llenas de gaditanos y foráneos ávidos de procesiones. No es de extrañar después de tres años sin un Viernes Santo completo en la calle. La lluvia lo puso complicado para ello, sin embargo, el pasado Viernes Santo ni esas nubes que teñían el cielo de un corinto apocalíptico empañaron la jornada.

Implorante al cielo, el Cristo de la Expiración se encontraba con su feligresía del Santo Ángel, pasadas las 17.30 horas. El objetivo, superar un año duro que comenzó con el revés del Viernes Santo de 2013, cuando la lluvia mojó intensamente a la hermandad en la calle. Continuó en los previos a la Semana Santa, con una salida que peligró por el cierre de las dependencias parroquiales. Pero este Viernes Santo era para redimirse de ello, de disfrutar en la calle. Y lo hicieron con creces en un cortejo nutrido de penitentes y bien puesto en la calle. La Agrupación Musical Polillas ponía música al caminar de Francisco Cerezo en una selección de marchas festiva. Detrás marchaba el palio malagueño de la Virgen de la Victoria, exornado con flores blancas y bajo los sones de la Banda de Música 'Virgen de la Estrella' de Puerto Real. La hermandad de barrio del día ya estaba en la calle, el contrapunto a la jornada de un Viernes Santo de luto que al filo de las 3 de la mañana vivía momentos de fervor en la recogida. Fue entonces cuando el Cristo de la Expiración y la Virgen de la Victoria se encontraron para protagonizar una recogida bajo marchas como 'Alma de Dios', interpretada por Polillas.

Sabor cofrade va ganando igualmente la cofradía de las Siete Palabras. La hermandad salió desde la Merced a la hora convenida para realizar un cortejo rápido y bien llevado. La Banda de Cornetas y Tambores San Juan Evangelista, de Las Cabezas de San Juan, fue la encargada del apartado musical y de interpretar marchas como 'De mi vida Señora', a la altura del Oratorio de la Santa Cueva. Allí, la hermandad rememoraba su pasado ya de recogida. Antes había vivido otro momento emotivo, con los sones del piano de Manolo Carrasco en la calle Ancha.

Tomaba el relevo la Señora del Viernes Santo, la Virgen de los Dolores lloraba sus penas desde la iglesia de San Lorenzo. Siete dolores que traspasan su corazón pero que ayer tuvieron el mejor consuelo. Por fin, la Servitas salía desde su Coronación Canónica de 2011 y ya como medalla de oro de la ciudad. El impresionante palio negro lució exornado con piñas cónicas en flores blancas. Para ella, sonó un repertorio clásico en los instrumentos de la Banda de Música Maestro Dueñas. La orden puso en la calle un cortejo cuidado y compacto que cerraba la Señora, cuyo palio estaba comandado por Julio Reyeros. La cuadrilla deshizo los pasos que la devolvieron a su templo tras la estación de penitencia con un caminar decidido y bien de fuerzas. El palio de los Dolores se acercaba ya a su templo cuando sonó 'Oremos'. Minutos después, pasadas las 2.00 horas, la Señora de San Lorenzo se recogía bajo los sones de la Marcha Fúnebre.

Luto se vivió también desde San Agustín cuando el Señor de la Buena Muerte se encontró con Cádiz. Lo hacía en el más absoluto de los silencios y recogimientos, fomentado por el apagado del alumbrado público, tras varias Semanas Santas sin que se le apagara. Así lució una hermandad que trajo importantes estrenos: monte tallado en el paso de misterio, unas acertadas bambalinas de cajón con corbatas en el palio y unos faroles de cola en las andas de la Virgen. También era estreno ansiado el martillo del palio del Mayor Dolor. Daniel Robledo se estrenó en estas andas con un caminar sobrio, decidido y elegante que consiguió llegar a la recogida, aunque con importantes esfuerzos que quedaron patentes en las últimas levantás.

Para tanta sobriedad, la congregación de Ecce Mater Tua pose el broche con su tradicional sobriedad ya en la madrugada del Sábado Santo.