Descendimiento durante su estación de penitencia en Catedral. :: F. JIMÉNEZ
CÁDIZ

'Madrugá' de recuerdos y siglos

El Perdón y Descendimiento protagonizan una noche de cortejos hasta el alba

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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«Os lleváis lo que más quiero», con voz emocionada Manuel Garrido da el primer golpe de martillo para el palio de la Virgen del Rosario. La Señora de la hermandad del Perdón llora su pena sobre un ramo de azucenas de plata. En su pecho, la medalla que perteneciera al padre de Manuel, anterior hermano mayor, destacado y querido cofrade, el desaparecido Manuel Garrido. El emotivo y merecido recuerdo de El Perdón al que fuera su hermano mayor, desaparecido el pasado mes de junio, fue sin duda el detalle más emotivo de una noche llena de instantes cofrades. Momentos como la propia salida del Perdón, a las 3 de la madrugada. Para Él sonó 'Perdona a tu pueblo', aún en la iglesia de Santa Cruz. Para la Señora, 'Madre del Rosario', de Marvizón en la evidente emoción por el hermano más querido de la hermandad. Fuera, la hermandad se encontraba con una plaza de Fray Félix entregada, donde no cabía ni un alfiler. La hermandad ya estaba en la calle, en una salida procesional con la mente puesta en el cielo por Garrido y los pies puestos en el suelo en una cofradía en constante mejora.

La hermandad se convirtió en la protagonista de una 'Madrugá' con momentos despoblados de procesiones y que sigue necesitando un replanteamiento. Eso no fue óbice para que las hermandades en la calle de la 'Madrugá' y Jueves Santo (Medinaceli, Nazareno, Oración en el Huerto y Descendimiento) fueran un importante atractivo para los centenares de gaditanos que poblaban las aceras.

No fue una salida más para el Descendimiento. En la medianoche del ya Viernes Santo puso en la calle un cortejo que va a más y con tintes especiales debido al 450 aniversario de la fundación de la hermandad. Por ese motivo, la corporación quiso dar un sabor especial al misterio, vestido con ropajes bordados en todo un acierto de la mayordomía. El imponente paso lucía en cada punto del recorrido, también gracias al buen hacer de la cuadrilla de J.P Estévez que fue capaz de completar sin problemas el recorrido de este pesado misterio.

Mientras las dos únicas hermandades de la 'Madrugá' realizaban su estación de penitencia, las cofradías del Jueves Santo completaban sus recorridos. De ellas, destacó sobremanera la vuelta a su barrio del Señor de Cádiz. El Nazareno se reencontraba con Santa María en una ausencia de horas que a muchos les supo a días. Esta vez, sin las inclemencias de la lluvia el Regidor Perpetuo se recreaba en una de las novedades más destacadas de su recorrido, el paso frente a la Cárcel Real. Allí se recuperó los cantos de saetas al Nazareno y la Virgen de los Dolores, como recuerdo a las saetas que cantaban antaño los presos. Para ese recuerdo vivo y emocionado, Juan Romero prestó su voz con la Virgen de los Dolores y el Nazareno ya el uno junto al otro. Faltaban pocos minutos para la recogida en su convento de Santa María.

Para ese entonces, el Nazareno era ya la penúltima hermandad en la calle de la noche más larga. Instantes antes se había recogido Descendimiento después de su salida de aniversario. El foco de atención se trasladaba a Santa Cruz, allí El Perdón regresaba su templo después de una emotiva y cuidada salida procesional con sabor a recuerdo.