CÁDIZ

«Al final de todo esto, te quedas en la calle y con los pulmones destrozados»

Este gaditano trabajaba en una empresa de Chiclana en la que también han enfermado de silicosis sus compañeros Isaac Braza Portavoz de la Asociación Anaes en Cádiz

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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Todo comenzó con un resfriado. Uno de esos que no se curan, que vas arrastrando a lo largo de todo el invierno. Pero Isaac Braza no era el único que sufría el eterno resfriado en su empresa, lo padecían casi todos. «En donde yo trabajaba éramos al menos unas 40 personas, una pequeña familia porque estábamos juntos todos los días, los niños jugaban juntos, era un ambiente muy cercano», cuenta Isaac. De ahí que la pelea contra la silicosis se haya hecho más dura. Este joven chiclanero de 31 años asegura que en el tiempo que estuvo trabajando «el seguro de la empresa no nos hizo ninguna placa de pecho. No todos teníamos los mismos síntomas pero sí coincidíamos entre nosotros. Las mediciones del aire que hacían los del servicio de prevención no servían para nada», añade. «Nosotros cogíamos el polvo del suelo y lo echábamos sobre el aparato medidor y aun así los informes salían favorables». Poco a poco se fueron poniendo todos malos. «Unos mejores, otros peores». El primer golpe llegó cuando falleció un compañero, «uno de mis mejores amigos. Hasta compartimos piso en Madrid», cuenta. «Le hicieron un transplante de pulmón pero no sobrevivió».

Las situaciones que ha dejado a su paso la silicosis «son realmente duras». No sólo por la enfermedad en sí, «es por cómo ha afectado a los compañeros, gente joven». «Tenemos a un amigo que con 33 años y dos hijos está atado a una bomba de oxígeno y sólo tiene una autonomía para cuatro horas». Isaac sabe que «debería llamarlo más a menudo pero es que no puedo porque cada vez que lo hago se me caen dos lagrimones». «Tenemos compañeros con depresión, que les cuesta asumir la situación. Sabemos que hay una persona que se ha suicidado porque no ha podido con esto».

Y no es sólo «los problemas a la hora de respirar, la falta de aire, o la tos», es también la pelea que tienen abierta contra las mutuas. «Cuando ya creías que tenías un puesto de trabajo con una estabilidad y un salario aceptable, te llega esta enfermedad y tu vida cambia». Ahora «tienes que sobrevivir con el 55% del salario y no hay manera de hacer frente a las hipotecas. Tampoco es fácil encontrar un nuevo puesto de trabajo porque en el momento de que saben que tienes silicosis se acabó la entrevista. Al final te quedas en la calle y con los pulmones destrozados». Ahora le queda luchar con todas las armas que puedan usar para que la situación cambie.