Sociedad

España está muy expuesta a las enfermedades tropicales

Los movimientos demográficos, la cercanía del continente africano y el paso de aves migratorias convierten al país en zona de riesgo

MADRID. Actualizado: Guardar
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Los expertos llaman a no bajar la guardia contra las enfermedades tropicales. Cada año se declaran en el mundo mil millones de casos de dolencias transmitidas por artrópodos. Las patologías emergentes son muy variadas, desde el dengue y la malaria al mal de Chagas. España, por registrar muchos movimientos demográficos, su proximidad al continente africano y el paso de aves migratorias reúne varios factores de riesgo.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) subraya que en las dos últimas décadas los cambios medioambientales, el tráfico de mercancías y el incremento de viajes internacionales han acrecentado el peligro de que se propaguen enfermedades emergentes.

De acuerdo con Rogelio López-Vélez, de la Unidad de Medicina Tropical del Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid, España, que recibe todos los años 62 millones de turistas extranjeros, está expuesta a este riesgo. Por añadidura, 1,2 millones de españoles viajan a países tropicales, a lo que hay que sumar 4 millones de extranjeros de muchas nacionalidades afincados en el país.

Algunos agentes transmisores son los mosquitos, chinches y garrapatas, que originan un millón de muertos en el mundo.Con motivo del X Congreso de la Asociación Nacional de Informadores de la Salud (ANIS) que se celebra estos días en Madrid, los expertos advirtieron de que cerca del 50% de los 80.000 afectados por el mal de Chagas en Europa residen en España.

Una dolencia muy desconocida es la provocada por las chinches, origen de una enfermedad que se transmite a través de transfusiones de sangre, trasplantes de órganos y contagio de madres a hijos.

La cercanía de España con el continente africano alienta un trasiego de animales que conlleva riesgos. Incluso a veces no hace falta la presencia de animales para que se produzca el contagio; basta que sople el viento procedente del Sáhara para que viajen con él elementos patógenos. Todo estos factores hacen de nuestro país el candidato perfecto para albergar este tipo de dolencias, que además causan entre el 17% y el 20% del sufrimiento humano en el mundo y dejan mil millones de enfermos a su paso.

De todas las dolencias transmitidas por artrópodos, la más mortífera de todas ellas es el paludismo o malaria. Según Cruz Roja, alrededor de 3.300 millones de personas (la mitad de la población mundial) están expuestas al paludismo. Los habitantes de los países más pobres son los más vulnerables a la enfermedad. No en balde, un 90% de todas las muertes por paludismo se producen en África y afectan mayoritariamente a niños menores de cinco años. El diagnóstico y el tratamiento temprano del paludismo atenúan la enfermedad, evitan la muerte y contribuyen también a reducir la transmisión.