El tramo atirantado toma forma en la pila 12 y ya se dirige hacia la orilla de Cádiz. :: ANTONIO VÁZQUEZ
CÁDIZ

La obra del puente recibe nueva mano de obra para acelerar el tramo atirantado

Unos 160 operarios trabajan a tres turnos en La Cabezuela, mientras sigue el ensamblaje entre las pilas 12 y 13

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La instalación del tablero atirantado del segundo puente ha tomado un importante impulso desde el inicio del año y ya se aprecia el desarrollo y envergadura de la plataforma sobre los dos ejes centrales. Tanto en la pila 12, en mitad del agua, como en la 13, en la orilla de La Cabezuela, se han colocado en los últimos meses algo más de 300 metros de tablero, la mayor parte de ellos en la zona más próxima a la factoría de Dragados Offshore. Los carros de izado han elevado hasta el momento seis dovelas por pila y el programa de obra sigue su curso con el compromiso de culminar esta complicada fase en el último trimestre del año. Cabe recordar que aún no se ha llegado al ecuador de esta maniobra, que consiste en la instalación de 1.180 metros de tablero, de los que 540 discurren entre las dos pilas centrales. A partir de ahora, será más perceptible, desde distintos puntos de la Bahía, como el puzzle se completa mes a mes con el ensamblaje y la instalación de los tirantes.

La adjudicataria del proyecto, la constructora Dragados y el Ministerio de Fomento reprogramaron la obra a primeros de año para cumplir con un nuevo plazo. Una de las medidas que se adoptó fue la contratación de mano de obra para acelerar el proceso de construcción. Así, encofradores, soldadores y gruistas fueron reclutados a finales de 2013 para esta nueva etapa. La contratación no ha bajado. Al contrario. Este periódico ha podido saber que en lo que llevamos de mes han entrado en el tajo nuevas brigadas de operarios, que se han distribuido en el entorno de La Cabezuela y cruce del Río San Pedro. Unas 160 personas trabajan a tres turnos y se prevé un nuevo pico de contratación cuando el tablero se componga entre las pilas 14 y 20, en el Bajo de La Cabezuela. Precisamente, en este punto de la obra es donde se concentra buena parte de la actividad, ya que se están colocando los andamios para continuar con el tablero que viene de Río San Pedro y el que empieza a descender de la pila 13 en dirección a la 14.

Un calendario definitivo

La obra ha sido reprogramada por tercera vez desde que arrancó en el verano de 2007. Todo apunta a que el nuevo calendario que cuelga de los despachos de los ingenieros de Dragados será el definitivo y el horizonte de terminación se prevé para marzo-abril de 2015, un mes antes de las elecciones municipales. No obstante, tampoco se descarta que el puente se inaugure extraoficialmente o, al menos, de una manera simbólica en esa fecha, aunque su apertura definitiva al tráfico se aplace hasta el verano de ese año.

A la tercera va la vencida. Fomento no quiere más retrasos ni más sorpresas con su financiación. El proyecto se adjudicó en 2007 por 273 millones de euros y suma a estas alturas 473,5 millones de euros, lo que supone un sobrecoste de 200 millones de euros. La ministra de Fomento, Ana Pastor, indicó durante su visita a Cádiz el pasado noviembre con motivo de la presentación de la Estrategia Logística Nacional que ya no hay motivos para retrasar un minuto más la obra, ya que su financiación está garantizada hasta 2016. El Gobierno de la nación pagó en 2013 un total de 68 millones de euros, ha reservado para 2014 un montante de 61 millones y ha dejado para 2015 una partida de 46,9 millones de euros. La última letra del puente se abonará en 2016 y tendrá un importe, casi simbólico para las cifras que se han manejado, de 1,6 millones de euros.

Al día siguiente de que la ministra responsabilizara a Dragados de cualquier retraso, LA VOZ adelantó el cese del que había sido jefe de obra durante los dos últimos años, el ingeniero Julio Domingo de la Blanca. El Ministerio nombró entonces como nuevo responsable de la obra del segundo puente de Cádiz a Fernando Pedrazo, un veterano de la casa que había sido jefe de Planeamiento y Proyectos de la Demarcación de Carreteras de Extremadura. Pedrazo asumió esta nueva responsabilidad con una orden expresa de Fomento: acelerar los trabajos y mejorar la comunicación y la relación con la empresa adjudicataria.

La entrada de este ingeniero en la obra se ha notado. Una de las primeras medidas que se tomó tras la llegada de Pedrazo al frente del proyecto fue la reprogramación de los trabajos y la contratación de mano de obra. De nuevo se ha vuelto a contratar a personal.

Dos años de retraso

La construcción del puente de Cádiz ha sufrido dos grandes paralizaciones, que han favorecido un retraso de casi dos años. La primera de ellas tuvo lugar en junio de 2010 por impagos de tres certificaciones de obra, así como la ralentización de 2011 y los contratiempos sufridos entre 2012 y 2013, en este último año fueron varios temporales con fuerte viento de levante, dieron al traste con todos los pronósticos de apertura del segundo acceso de la Bahía. Esta situación obligó a los técnicos a elevar en dos ocasiones al Ministerio de Fomento un nuevo calendario de finalización de la obra y combatir así el retraso que acumulaba el proyecto, acrecentado en la última etapa de gestión del Gobierno socialista. Sin embargo, ambas reprogramaciones tampoco fueron de fiar. De hecho, la propia ministra de Fomento, Ana Pastor, siguió en marzo del año pasado a pie juntillas lo que ponían los papeles de los técnicos y se atrevió a adelantar durante una visita a Cádiz a las obras de ampliación del puerto que el nuevo acceso a la Bahía estaría acabado a finales de 2013. El anuncio de la responsable de Fomento cogió por sorpresa a todos los presentes, que no dieron crédito a tal afirmación ante el aspecto que presentaba la obra. En ese momento, el proyecto se encontraba al 75% de su ejecución y resultaba complicado aventurar una terminación tan rápida, sobre todo, cuando el tramo atirantado estaba aún sin montar. Una vez más se falló en los cálculos, pero todo apunta ahora a que el nuevo anuncio es el más fiable.

La última pieza que se instalará en el puente será su tramo desmontable, es decir, la estructura de 150 metros de largo que permitirá el paso de aquellos barcos que superen los 65 metros de altura y que no puedan cruzar por mitad del viaducto. Esta pieza se encuentra terminada desde hace meses en la nave de Dragados Offshore.