CÁDIZ

«¿Tú eres un etarra?»

La quinta excarcelación de un terrorista de las prisiones gaditanas está convirtiendo en rutina la materialización del fin de la doctrina Parot

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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«Acércate y hazme una entrevista a mí». A voz en grito, un joven de chándal poco discreto y gafas de sol que le cubrían casi todo el rostro exhortaba a los periodistas en la entrada de Puerto III a convertirle a él en el personaje del día. Los familiares que ayer aguardaban la salida de internos a primera hora de la tarde no se sorprendieron con la presencia de fotógrafos en el único acceso a la prisión portuense: «Mira, mira un etarra va a salir». La quinta excarcelación de un miembro de ETA está convirtiendo en rutina presenciar el desmoronamiento de la doctrina Parot, aquella que se aplicó para alargar el cumplimiento de penas en prisión de etarras, violadores y asesinos. José María Beristain Urbieta es el quinto terrorista que queda en libertad en Cádiz. Antes lo hicieron Juan Manuel Píriz López desde Botafuegos; Isidro Garralde, 'Mamarru'; José Antonio López, 'Kubati' e Ignacio Fernández de Larrinoa desde Puerto I.

A las tres se conocía la decisión de la Audiencia Nacional de excarcelar a este antiguo integrante del comando Eibar y de dejar en libertad definitiva a Josefa Rodríguez Porca, miembro del Ejército Guerrillero del Pueblo Gallego (EGPG) que no estaba recluida. Y a las cinco, Beristain Urbieta abandonaba la macroprisión portuense de Puerto III. Nadie le esperaba en la puerta. Tan sólo recibió el abrazo de un par de internos que, al igual que él, abandonaban ayer el recinto penitenciario.

Apenas dos horas habían transcurrido entre la decisión judicial y la ejecución del auto de la Audiencia Nacional, una celeridad que impidió que en esta ocasión se reprodujeran las concentraciones de miembros de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) y de simpatizantes contrarios a la derogación de la doctrina Parot. A la delegada en Cádiz de la AVT, Guadalupe Sánchez Polo, le sorprendió la excarcelación de viaje y se lamentaba por haberse movido de Jerez. Está convencida, como el colectivo al que pertenece, que esta rapidez persigue impedir concentraciones como las que ya han realizado en Puerto I, donde Kubati tuvo que ser escoltado por la Policía Nacional hasta que se subió al coche de un familiar. Tan sólo en las prisiones gaditanas se está visualizando ese rechazo social que ha suscitado la sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos.

«¿Tú eres un etarra? ¿Tú no le harás nada a los niños?» Ésa fue la anécdota de la quinta excarcelación de etarras que se vive en Cádiz. Ese joven de chándal atrevido se dirigió a José María Beristain con total naturalidad y con cierta sorna al ver que era la persona a quien se dirigían los objetivos de las cámaras.

Beristain Urbieta llevaba en prisión 26 años y cumplía condena por su participación en varios asesinatos: entre ellos el del empresario Francisco Javier Zabaleta en Elgoibar (Guipúzcoa) en junio de 1998; el de Engraciano González Macho, dueño de un pub de Zarautz (Guipúzcoa), en diciembre de ese año; y el de José Ignacio Aguirrezabalaga, empleado del bar 'Nikol' de Zumaia (Guipúzcoa) en marzo de 1986. A éste último ETA lo sentenció por creer que estaba vinculado a los GAL.

A diferencia de otros casos, José María Beristain no tenía fijada una fecha de salida. Cuando el TEDH tumbó la doctrina, el Gobierno español anunció que recurriría todos aquellos casos que no fueran gemelos al de Inés del Río, la etarra que llevó la doctrina al tribunal europeo; y puso como ejemplo aquellos internos de la banda que no tenían fijada fecha de salida. La decisión de la Audiencia Nacional, según recogían las agencias, contó con el aval de la Fiscalía.