Agentes de la Guardia Civil y personal de Cruz Roja atienden a uno de los inmigrantes tras su rescate en alta mar. :: LA VOZ
inmigración ilegal

El drama llega en lanchas de juguete

La enésima avalancha de inmigración irregular en el Estrecho desborda el operativo y devuelve a las administraciones un problema casi olvidado Durante el día de ayer se rescataron a otras 64 personas del mar

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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Los servicios de emergencias no dan abasto, y no recuerdan nada igual desde 2005. La avalancha de inmigración irregular que sacude a las costas gaditanas en los últimos días tiene detrás rostros, nombres y apellidos, y un drama que trasciende las fronteras del Estrecho. En la última semana casi 270 inmigrantes indocumentados han sido rescatados del agua y atendidos en Tarifa y Algeciras. La práctica totalidad ha intentado alcanzar tierra firme a bordo de botes hinchables y balsas de juguete. Además, casi todas estas expediciones terminan siendo rescatadas por que, nada más acceder a aguas españolas o ver que se han desorientado en su travesía, desde la propia embarcación se alerta vía telefónica para pedir auxilio.

La celeridad y buen hacer del dispositivo de Salvamento Marítimo hace el resto. En el rescate, revisión sanitaria y posterior custodia también interviene la Guardia Civil y los voluntarios de Cruz Roja. Precisamente, desde este colectivo se recuerda que en lo que va de año se han atendido en Cádiz a un total de 928 inmigrantes, 222 sólo entre el sábado y el mediodía de ayer. Solo durante la jornada de este martes se rescató del mar a 64 personas.

Cruzar los 14 kilómetros que separan la orilla africana y la costa gaditana es su objetivo. Azuzados por la 'presión' de la policía marroquí en las últimas semanas, que realiza constantes redadas en el norte de Marruecos, muchos inmigrantes prefieren arriesgar su vida a permanecer más tiempo en esta zona. Se lanzan al mar en condiciones precarias. Ya no hay pateras ni carreras para huir de los agentes. Ahora llegan en lanchas infantiles, compradas a precios de oro a las mafias, que flotan a duras penas, y cuando avistan a la patrullera o la Salvamar de turno, reciben a los agentes con una sonrisa. Saben que han logrado salvar su vida y están en España. Aunque, en su mayoría, estos inmigrantes irregulares serán repatriados. Hasta ese momento son enviados a los centros de internamiento de la península.

En la jornada de ayer, el sacerdote Isidoro Macías Martín, el 'Padre Patera', aseguró que el auge de estas barcas de juguete se debe a la creencia de que son «más difíciles de detectar por el SIVE». Sin embargo, este sistema de vigilancia sí las localiza, como confirman desde la Asociación Unificada de Guardias Civiles.