El líder del PSC, Pere Navarro, tras la exministra Carme Chacón :: F. A / EFE.
ESPAÑA

Tres corrientes críticas y una dirección

El sector catalanista del PSC y el partido están cada vez más fragmentados por la eclosión de plataformas

BARCELONA. Actualizado: Guardar
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No hace mucho (ni tres años), el PSC controlaba las principales instituciones catalanas: José Montilla era presidente de la Generalitat; Jordi Hereu, alcalde de Barcelona, y buena parte de los principales consistorios y diputaciones provinciales estaban en manos socialistas. Hoy, la situación es diametralmente distinta. El rosario de derrotas electorales (cuatro desde las autonómicas de 2010) ha situado al PSC en una posición secundaria en la escena catalana. Con el agravante añadido de que la división en el partido cada vez es mayor y el fantasma de la ruptura planea sobre la sede de la calle Nicaragua.

La división en el PSC, no obstante, es casi consustancial a la formación (nació en 1978 de la fusión de tres partidos) y lo es en grado superlativo en el sector catalanista. Aunque tienen muy pocas diferencias ideológicas entre sí, en el llamado sector catalanista se dan cita una amalgama de corrientes internas, plataformas y versos sueltos. Las dos corrientes críticas oficialmente constituidas en el partido son Avancem y Agrupament Socialista de Catalunya, ambas muy críticas con la declaración de Granada. La primera está liderada por el alcalde de Vilanova i la Geltrú, Joan Ignasi Elena. Apuesta por una Syriza a la catalana, junto a ERC e ICV, reclama un mayor reconocimiento de los derechos nacionales de Cataluña, defiende el derecho a decidir y cree en un soberanismo (que no independentismo) más desacomplejado.

Agrupament Socialista de Catalunya, corriente que ha nacido esta semana, llama a ensanchar las fronteras del partido, para lograr una unión como la de 1978, en la que quepan los militantes más cercanos al PSOE y los que reivindican un estado propio. Afirman que si el PSC se españoliza, se verán obligados a salir del partido. Consideran que Cataluña no tiene encaje en la España actual, creen que el PSC ha sido excesivamente tímido en la reivindicación del derecho a decidir.

Por otro lado, están los maragallistas, agrupados en la formación Nova Esquerra Catalana, constituida por Ernest Maragall (hermano del expresident) como proyecto político independiente del PSC. Está a favor de la independencia y hasta la fecha es la única corriente que se ha escindido del partido.

Y están los independientes, muchos de ellos exconsejeros de los Gobiernos de Montilla y Maragall, como Joaquim Nadal o Antoni Castells, que no acaban de adscribirse a ninguna corriente, están apartados de la primera línea y están cada vez más cercanos al independentismo.