La piratería se reinventa tras la caída a cero de los secuestros

Hace ya 13 meses que no se produce un secuestro en el golfo de Adén y la zonas del Índico donde actúan los piratas. La presión militar, la presencia de vigilantes en los pesqueros y las tareas de inteligencia en tierra han dado sus frutos y hoy la piratería ya no campa a sus anchas por el corredor donde pasa el 40% del petróleo mundial y 23.000 buques al año.

Tal es la situación que el comandate de la fragata Numancia, Luis Díaz-Bedia, aseguró que no han sido necesarias las misiones con helicópteros para neutralizar la actividad en las bases piratas. «La piratería ha bajado tanto que muchos integrantes se han reconvertido en vigilantes de seguridad de los 'dhows' (buques de carga de pesca) somalíes, yemeníes o iraníes», cuenta mientras hace una parada técnica en el puerto de Yibuti. «Pero el futuro no es tan claro y si nos vamos -el mandato de Atalanta dura hasta diciembre de 2014- la piratería volverá».

Y es que el golfo de Adén sigue siendo un punto geoestratético de gran valor y países como EE UU, Rusia, China o Japón tienen presencia militar. Otros como Corea del Sur protegen a sus atuneros que pescan en aguas somalíes y pagan a las bandas para no ser secuestrados, según fuentes militares.