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Simprota

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A lo largo de esta semana, en el teatro municipal de Medina Sidonia, está teniendo lugar el Segundo Certamen de Teatro Simprota. Comenzó su andadura el pasado año gracias a la magnífica labor docente y artística que está llevando a cabo este grupo de teatro nacido en el IES Sidón de la mano de José Aurelio Martín. Con el apoyo económico del Ayuntamiento, se desarrolló con éxito la primera edición de este certamen que concitó la participación de grupos de jóvenes estudiantes venidos desde diferentes centros de enseñanza de casi toda Andalucía.

Gracias a esta feliz iniciativa los alumnos de los centros docentes de Medina podrán disfrutar de toda una semana de teatro, al tiempo que se fomenta la ilusión y se premia el esfuerzo de todos aquellos jóvenes que se sienten atraídos por esta enriquecedora forma de ilusión que cobra vida sobre las tablas.

Impagable granito de arena (que tal vez con el tiempo se convierta en pepita de oro) aportado sin pedir nada a cambio por José Aurelio, un profesional de la enseñanza a quien, en tiempos de mala prensa en contra del profesorado, recortes de sueldo y el correspondiente aumento de horas lectivas, todavía es capaz de arañar ese buen puñado de tiempo que otros dedican al ocio o a intereses personales, para regalárselo a los chavales que crecen en el escenario o absorben desde las butacas. Reconfortan gestos de altruismo como éste en un mundo donde la competitividad y el egoísmo salvaje imponen cada día con más fuerza su ley.

Esta es la labor sorda que José Aurelio, y tantos otros profesores con idéntica generosidad, llevan a cabo en nuestros colegios e institutos. Es esta la forma silenciosa de esfuerzo que mueve los resortes humanos del mundo, una labor que no consta en las programaciones lectivas, ni aparece en las memorias finales, ni espera, por supuesto, ningún tipo de reconocimiento a final de mes en la nómina. Nuestras autoridades académicas andan tan preocupadas en el ajuste de los horarios, en el número de titulaciones y otras estadísticas varias, que no pueden desviar su atención hacia este otro modelo de formación del alumno que sólo puede darse, por ello, de forma casi milagrosa.

Por lo que me toca como enseñante y como asidonense, gracias, pues, a José Aurelio y a todos los chavales que, simprota, trabajan con él y han tenido la suerte de tropezárselo.