La Guardia Civil busca en Jaén con georradar «los millones» del 'mediador' Lanzas

«Ha ido bien. No se han llevado nada ni han hecho destrozo», susurró un familiar de Juan Lanzas antes de ir a despedirse de la secretaria judicial. Acababa de terminar en Albanchez de Mágina el registro chalé del 'mediador', clave en la trama de los ERE según los investigadores, y desde ayer en prisión por orden de la jueza Alaya. A través de la valla del inmueble se vio como agentes de la Unidad Central Operativa, UCO, de la Guardia Civil y miembros de una unidad del Ejército de Tierra que participó en el registro con un georradar recogían sus bártulos y los cargaban en una furgoneta blanca de los militares y en coches camuflados del Instituto Armado. No se pudo ver ninguna caja, ninguna bolsa ni otro indicio que apuntase a que el registro en busca de un zulo con dinero hubiera dado un resultado positivo (tras los 82.000 euros en sobres debajo de la cama en una propiedad de Lanzas el miércoles). Aunque no hay fuente oficial que lo confirme o lo desmienta.

No constan precedentes de uso de un georadar para encontrar dinero o documentos por asuntos de corrupción en España. Sí se usaron en 2011 para resolver el robo de armas en un arsenal militar de Badajoz y en la búsqueda de los niños de Córdoba en la finca de las Quemadillas en el 'caso Bretón'. Esta tecnología mide la diferencia de densidades para detectar zulos o escondites. La jueza Mercedes Alaya ha recurrido a las Fuerzas Armadas para dar con un posible botín enterrado por Lanzas, al que había mandado a prisión de madrugada.

A la una de la tarde llegaron los primeros periodistas a Albanchez de Mágina y el registro ya había comenzado. En un primer momento estuvo presente el anciano padre de Juan Lanzas, titular del inmueble según consta en el precinto judicial del chalé. A la hora de comer un agente lo acompañó a casa, y ya no volvió. Durante el resto del operativo, siempre junto a la secretaria judicial, estuvo presente otro familiar. El que con un susurro y una sonrisa indicó que no habían encontrado nada.

Dinero enterrado

Desde el exterior se apreció durante horas el trajín de los investigadores: hicieron hoyos en el patio bajo una pérgola, quitaron tejas de la cubierta de una caseta junto a la piscina, registraron palmo a palmo el jardín con una máquina (el georadar o un detector de metales). «Aquí hay piedra». «En la zona de las alcachofas, pasa otra vez», se oía al otro lado de la tapia. También desbrozaron una buena parte del jardín y levantaron la lona de la piscina. De lo que ocurriera dentro de la casa no hay testimonios.

Fuentes consultadas por Europa Press indicaron que el dinero podría estar en esta ocasión «enterrado en el suelo de la propiedad». Por ello, los agentes usaron un geolocalizador al objeto de esclarecer «si los estratos de la tierra presentan distorsiones en la zona que se piensa que podría estar enterrado el dinero o la documentación que se haya podido ocultar».

A disposición del juzgado de Instrucción número 6 de Sevilla están ya los billetes encontrados en Albanchez y dos ordenadores y 30 documentos en papel que se hallaron en el registro al piso de Lanzas en Jaén el miércoles. Cuatro pliegos en formato A3 llamaron la atención de los investigadores apenas les echaron un vistazo: un organigrama, tablas con nombres y cantidades y otros datos que despertaron el interés de los agentes de la UCO.

El hallazgo fue comunicado inmediatamente por los agentes que registraban el piso de Jaén a sus superiores y a la jueza Alaya. Incluso se lo pasaron por Whatsapp. Los expertos de la UCO recibieron la orden de intervenir esa documentación, que fue hallada dispersa en estanterías y maletines desordenados que estaban en el cuarto de la plancha.

Los datos que han trascendido de la investación apuntan a que la UCO estima que por las manos de Lanzas pudieron pasar hasta 5,8 millones de euros en comisiones. En el registro del miércoles se encontraron 80.000, aún hay mucho en el aire. O en el suelo. La jueza Mercedes Alaya está dispuesta a encontrarlo aunque sea con un georradar.