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La ambiciosa ley de Obama para controlar el uso de armas se estrella en el Senado

Los demócratas son incapaces de aprovechar su ventaja para sacar adelante una propuesta sobre la prohibición de la venta de rifles de asalto

NUEVA YORK. Actualizado: Guardar
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La propuesta para prohibir la venta y circulación de rifles de asalto como los utilizados en la matanza de 20 niños en una escuela de Connecticut el pasado mes diciembre no ha resistido los primeros debates en el Senado, donde la teórica ventaja demócrata ha servido de poco para avanzar en la ambiciosa agenda del presidente Obama. Incapaz de convencer incluso a un sector de los suyos, el jefe de la mayoría demócrata, Harry Reid, ha dado por muerto el punto principal de la iniciativa. Solo 40 senadores de los 60 necesarios respaldan la ley como la ideó la Casa Blanca. Ni siquiera un modesto apartado destinado a redoblar las medidas de control sobre los compradores de este sofisticado armamento tiene visos de prosperar, advirtió Reid.

Tan pobres resultados abren la vía a un nuevo escenario de consenso, mucho menos ambicioso, donde los dos grandes partidos solo serían capaces de ponerse de acuerdo en perseguir a las personas que se parapeten en identidades falsas para hacer compras on-line y en el más etéreo asunto del tráfico ilegal de armas.

Para Obama se trata de una sonora derrota tras el ímpetu con que prometió importantes cambios en el control de armas al jurar su segundo mandato el pasado enero. Peor aún porque hace unas semanas presumió públicamente de que el Comité de Justicia de la cámara alta había avanzado en «tres de los elementos más importantes de mi propuesta para ayudar reducir la epidemia de violencia con armas en este país». Los tres pilares de los que hablaba el mandatario han quedado reducidos a uno, sin contar con la lluvia de restricciones que le aguarda cuando el descafeinado proyecto de ley aterrice en la Cámara de Representantes, de mayoría conservadora.

El efecto Newtown

De entrada, el desenlace del pasado martes en el parqué del Senado significa un triunfo rotundo para la Asociación Nacional del Rifle (NRA), que multiplicó su presencia en Washington y en los medios para neutralizar el efecto Newtown. Harry Reid justificó la retirada de la prohibición de las armas de asalto del cuerpo de la ley porque amenazaba el bloqueo de toda la legislación. La mujer detrás de la redacción del apartado clave, la senadora demócrata Dianne Feinstein, puso en evidencia las divisiones internas al ser incapaz de lograr el apoyo de al menos 13 representantes de su propio partido.

Pese a la complejidad de avanzar políticamente, la matanza de 20 escolares y 7 adultos en la Sandy Hook Elementary School mantiene al rojo vivo el debate sobre el control de armas en Estados Unidos, donde circulan de manera legal unos 300 millones de artefactos para matar. Una encuesta tras otra muestran que la mayoría de los estadounidenses apoya normativas más estrictas porque consideran demasiado permisivas las legislaciones en los diferentes Estados.