Un operario de Buckland Abbey sostiene el autorretrao de Rembrandt autentificado por el experto holandés Ernst van de Wetering. :: EFE
Sociedad

Donde dije digo, digo Rembrandt

MADRID. Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

De unos miles a una pila de 23,3 millones de euros. Es el portentoso salto que ha dado la tasación de un retrato de Rembrandt Harmenszoon van Rijn (1606-1669) pintado en 1635. Tenido hasta ahora por la obra de un discípulo del maestro, ha sido autentificado como un autorretrato del propio genio holandés por uno de las grande expertos mundiales en Rembrandt. Con este respaldo científico su valor estimado ha ascendido de la noche a la mañana a 20 millones de libras esterlinas (23,3 millones de euros, algo más de 30 millones de dólares), según confirmó ayer la fundación británica The National Trust, feliz propietaria de un lienzo que no podrá vender.

La fundación, que vela por el patrimonio público del Reino Unido, recibió el óleo en 2010 como una donación. Formaba parte del legado de Lady Samuel de Wych Cross, viuda del filántropo, coleccionista de arte y magnate inmobiliario Lord Samuel de Wych Cross, que atesoró en vida las valiosas pinturas que expone ahora la galería Mansion House de Londres. La tela de Rembrandt, que con su atribución anterior se exhibía en la abadía de Buckland, antigua residencia del corsario Francis Drake, volverá a colgar en la pared de este edificio del siglo XVI durante los próximos ocho meses.

Con un elevado concepto de sí mismo, los expertos calculan que el genio holandés se autorretrató en casi un centenar de ocasiones y en soportes y formatos muy diversos. Se pintó a sí mismo al óleo en unos 50 cuadros, fue su propio modelo para una treintena de grabados y una decena de dibujos. Para este autorretrato, un óleo de 91 por 72 centímetros, el joven Rembrandt se pintó ataviado con una suntuosa capa de terciopelo negro y tocado con un aparatoso sombrero decorado con dos plumas de avestruz.

Ha sido el holandés Ernst van de Wetering, reputado especialista en el arte europeo del XVII y toda una autoridad mundial en Rembrandt, quien ha autentificado y datado el autorretrato realizado y firmado por el pintor en 1635, cuando tenía 29 años, según indicó ayer la fundación, que confirmó que la tela ya se había analizado a fondo hace 45 años.

Horst Gerson, otro especialista en Rembrandt, sugirió en 1968 que la obra podría haber sido elaborada por uno de los alumnos del maestro. El mismo año, el Rembrandt Research Project (RPP), instituto de investigación sobre Rembrandt que ahora preside Van de Wetering, también estudió el cuadro y llegó a la misma conclusión. «Durante los últimos 45 años hemos adquirido muchos más conocimientos sobre los autorretratos de Rembrandt y las variaciones de su estilo», se justifica Van de Wetering. Ha analizado la evolución del estilo del maestro y ha llevado a cabo una minuciosa y profunda investigación cuya conclusión es la indubitada atribución a Rembrandt. Sostiene ahora, sin que nadie se lo discuta, que tanto las crudas pinceladas y como técnica pictórica coinciden con la de otras obras de juventud de Rembrandt.

Con todo, la fundación británica propietaria de la pintura ha dicho que la someterá a un proceso de limpieza y nuevos exámenes a finales de año. «Los últimos hallazgos son increíblemente emocionantes e importantes. Los futuros trabajo de conservación y análisis técnico nos aportarán más información sobre la confirmación de la autoría», anticipa David Taylor, conservador de pintura y escultura del trust. El organismo público británico atesora más de 13.500 pinturas pero Taylor reconoce que el retrato de Rembrandt «es una de las obras más importantes de nuestra colección y la única que lleva la firma de Rembrandt».

El óleo, que perteneció a varios príncipes de Liechtenstein, se exponía desde 2010 en la abadía de Buckland en el condado Devon, al suroeste de Inglaterra, en la que fiera residencia del corsario y tratante de esclavos Francis Drake. La paradoja es que nadie podrá hacerse con la pintura aunque ofrezca los 23,3 millones de euros en los que ha sido tasada. El óleo queda en manos del Estado, ya que la fundación que la tutela está obligada «a velar por el arte nacional en beneficio público».