El tinto gaditano se hace querer

Arroz marinero, rollito de ropavieja, carpaccio de ternera con lascas de queso, chicharrones de atún y carrillada. Este fue el menú que se sirvió ayer en la biblioteca del Instituto Santo Domingo para acompañar cinco vinos tintos elaborados en Cádiz y Sevilla, provincia invitada al evento. Se trata de la primera vez que las catas comentadas estuvieron además maridadas con platos cien por cien gaditanos. Desde sus productos hasta su elaboración. Los alumnos del ciclo formativo de Cocina y Gastronomía del Instituto Juan Lara se aliaron con sus compañeros de Vitivinicultura para hacer más grande este evento nacido en las aulas.

El emblemático claustro del antiguo monasterio del siglo XVII volvió a teñirse de rojos intensos y granates para acoger la ya consolidada fiesta de los vinos tintos gaditanos. La muestra, que también podrá visitarse hoy, cumple su cuarta edición con diecisiete bodegas dando lo mejor de sí desde sus stands y tres catas comentadas que agotaron sus localidades prácticamente el mismo día que se pusieron a la venta. Numeroso público se había congregado ya en el centro a las doce de la mañana para asistir a la inauguración, que contó con la presencia de la delegada provincial de Educación, Cristina Saucedo. «Esto es un ejemplo de los buenos resultados que da la educación pública, gratuita y de calidad. Se demuestra que estamos haciendo las cosas bien». La concejala municipal, María Antonia Martínez, felicitó por su parte a los alumnos. «Por organizar un evento que entre otras muchas cosas muestra que los vinos tintos que hacemos aquí no tienen nada que envidiarles a los del resto de España».

Conocer, vender y consumir

«Hace poco me dijeron: 'este es un riojita gaditano'. Algunas de las personas que atienden las barras de los bares no saben lo que tienen alrededor». El experto gastronómico y 'tapatólogo' Pepe Monforte narró una anécdota para criticar el desconocimiento que, en general, existe entre los profesionales de la hostelería y los consumidores, sobre los tintos de la provincia. «Son un fenómeno en alza, y hay que ponerlos en la carta, tener un millón de comerciales en la calle y que la gente de Cádiz lo sienta como algo suyo».

Entretanto, en la primera planta, la biblioteca bullía en un tintineo de copas y el ir y venir de los alumnos cuidando cada detalle. En el salón de al lado se estaban emplatando los guisos, previamente elaborados en las cocinas del Juan Lara. «Además de la motivación que ya de por sí supone una actividad fuera del aula, para ellos es una gran oportunidad de poner en práctica lo aprendido y mostrar al público lo que saben hacer». Mateo Conde, director del ciclo de Cocina, destacó la conjunción de instituciones públicas y privadas que se estaba dando en la muestra. «Y que ha de revertir en el turismo, que es la primera industria portuense».