Sociedad

Unos Goya amenazados por la protesta

Hace diez años el 'No a la guerra' demonizó al cine español y la ceremonia de mañana también se presenta politizada La Unión de Actores llama a la reivindicación en una gala donde 'Blancanieves' es favorita

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«Esperamos que cada uno actúe según su conciencia. Pero, ¿qué harían los maestros o los médicos que se han echado a la calle si el domingo dispusieran de dos horas de televisión?». Iñaki Guevara, secretario general de la Unión de Actores, justifica el comunicado que lanzaban esta semana llamando a la protesta durante la gala de los Goya de mañana (TVE-1, 22 horas). El sindicato de técnicos audiovisuales, TACE, también se sumaba a la iniciativa y animaba a convertir la gran fiesta del cine español en una manifestación contra la crisis. El sector tiene motivos para la queja: los recortes y la subida del IVA ya se han traducido en una disminución del número de rodajes y salas de cine cerradas. Pero repetir el aquelarre reivindicativo de 2003 daría al traste con los intentos del presidente de la Academia, Enrique González Macho, por despolitizar una actividad artística e industrial satanizada por un sector conservador de la sociedad española.

La desafección tiene su origen precisamente en la gala de los Goya de hace diez años, cuando Willy Toledo y Alberto San Juan fueron los maestros de ceremonia de un espectáculo que devino un mitin contra el Gobierno de Aznar. Aquel 'No a la guerra' se ha pagado con creces en forma de descrédito hacia nuestra cinematografía y ataques contra los actores que se pronuncian políticamente, como Javier Bardem, nominado este año por su documental 'Hijos de las nubes' (su mujer, Penélope Cruz, no le acompañará).

«El cine debe ser lo principal en los Goya, porque para hablar de lo secundario, de su financiación, ya hay una comisión en la que está el Gobierno con todo el sector», advertía ayer la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría. Y concluía: «Para la afición, para la gente que se dedica a ello y para todo el sector es su día. No sé si es una buena estrategia que se convierta en el día de otro». Alberto San Juan, que no entregará ningún premio este año, defendía el carácter de altavoz de un espectáculo televisado que el año pasado disfrutó de una aceptable audiencia de más de cuatro millones de espectadores: «La Academia tiene un miedo absurdo, porque cuando un Gobierno ataca a la libertad de expresión se deslegitima. ¿A nadie se le ha ocurrido que habría que castigar a los señores que están haciendo los recortes?».

Un año de cine excepcional

Tranquilidad, que Willy Toledo está en Latinoamérica. Los Goya se celebran este año en el hotel Auditorium, a once kilómetros del centro, a causa de que Ana Botella cerró el Palacio de Congresos tras la tragedia del Madrid Arena. Es probable que haya manifestantes en la alfombra roja, que Eva Hache lance pullas y que alguno de los ganadores -Bardem tiene muchos boletos- haga referencia a la situación del país. Pero sería una lástima que las proclamas eclipsaran los méritos de un año de cine excepcional.

'Blancanieves', con 18 candidaturas, es la favorita para hacerse con el Goya a la mejor película después de arrasar en los premios concedidos hasta la fecha. La siguen de cerca otros dos peliculones sin suerte en taquilla: 'Grupo 7' y 'El artista y la modelo'. La cuarta en liza supera la definición de largometraje para convertirse en acontecimiento social. 'Lo imposible' lleva recaudados 120 millones de euros en todo el mundo. El filme de Juan Antonio Bayona es, junto a 'Las aventuras de Tadeo Jones' y 'Tengo ganas de ti', el principal culpable de que el cine español se aproximara en 2012 a una cuota de taquilla del 18%, la más alta de los últimos 27 años.

La 27 edición de los Premios de la Academia transcurrirá en un escenario art decó en blanco y negro. Prevé dos momentos emocionantes: la entrega del Goya de Honor a Concha Velasco de manos de su sobrina, la actriz Manuela Velasco, y el previsible Goya al mejor actor a José Sacristán (con permiso de Antonio de la Torre) en su primera nominación en 50 años de carrera. Será la noche de Maribel Verdú, la madrastra aficionada al papel couché de 'Blancanieves', y de la familia de Paco León, que verá a su madre Carmina subir al escenario. Ella sí que representará la transgresión.