Recreación fotográfica del tren-tranvía presentado hace tres años y cuyas obras deberían haber comenzado en 2010. En la imagen, durante su figurado paso por la Avenida de Las Cortes. :: LA VOZ
CÁDIZ

El tranvía, tres años en vía muerta

El proyecto «estrella» que presentara la Junta en noviembre de 2009 para conectar Puerto Real y Cádiz no tiene aún dotación presupuestaria ni plazos para arrancar

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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Iba a ser la corona sobre el trono del reino de la nueva Cádiz. El tren-tranvía sería el remate de la flamante conexión entre las dos orillas de la Bahía, pura modernidad ecológica, rápida y cómoda en forma de transporte colectivo. Su silueta se recortaría sobre el nuevo puente, el segundo, para unir Cádiz y Puerto Real en nueve minutos. El trayecto entre el Río San Pedro y la Plaza de Sevilla en el tiempo en el que un coche va del casco antiguo al Paseo Marítimo. Una pequeña revolución cotidiana y comarcal que podría transformar hábitos de vida en miles de ciudadanos, las relaciones entre municipios que pasarían a ser barrios del área metropolitana, tan mentada hasta el cambio de siglo y tan retrasada en lo administrativo. Sería el primer eslabón, además, de un trazado de dos brazos que uniría, por un lado, Chiclana-San Fernando-Cádiz. Por el otro, Cádiz-Puerto Real-El Puerto-Jerez-Aeropuerto.

Con esas buenas intenciones, con esa hermosa prosa, se presentó el 20 de noviembre de 2009 en el hotel Puertatierra de Cádiz, en un acto con notable asistencia, en cantidad y en lo institucional, el proyecto. Tres años más tarde, 1.200 días después, no se ha movido ni un gramo de cemento. El Ayuntamiento admite que está completamente olvidado. La Junta de Andalucía no ha dispuesto dotación presupuestaria ni maneja plazos para hacerlo. El tranvía, ni ha arrancado, ni hay visos de que lo haga en varios años. Por no estar, no está ni su promotora. La exalcaldesa de Córdoba, y luego ministra, Rosa Aguilar, visitaba Cádiz por primera vez como miembro del Consejo de Gobierno de la Junta y traía un proyecto «estrella» llamado a «revolucionar los transportes (especialmente, los tiempos de desplazamiento) en toda la Bahía de Cádiz».

Primero se reunió con la alcaldesa, Teófila Martínez, en el Ayuntamiento. Luego, una presentación (de corte asambleario) ante un centenar de representantes sociales, profesionales, sectoriales, vecinales e institucionales en el mencionado hotel. Fue presentado el tipo de vehículo que transcurriría por la vía (a velocidad de tren entre ciudades y como un tranvía en entorno urbano). Incluso, después de un amplio debate, se anunció que habría doble vía y que tras llegar por el nuevo puente, atravesaría la Avenida de Las Cortes y terminaría en la Plaza de Sevilla. La Consejería de Obras Públicas anunció en esa presentación que estaba previsto licitar la obra del primer tramo «en el primer trimestre de 2010 para que comience en el último tercio de ese año». La hemeroteca pocas veces fue tan cruel. Dentro de Cádiz, el trazado tendría tres paradas (Avenida de Las Cortes, Carretera Industrial y parada término en Plaza de Sevilla). La Junta de Andalucía, incluso, barajaba que esa línea entre Cádiz y Puerto Real tendría unos 20.000 pasajeros diarios.

Los millones imposibles

Rosa Aguilar calificaba sin rubor el proyecto como «histórico, de ciudad, de Bahía, capaz de acortar desplazamientos, mejorar la calidad de vida de los ciudadanos. Es un proyecto que Cádiz merece, para el que no se han escatimado esfuerzos ni diálogo institucional».

En fases posteriores, el desplazamiento entre el muelle de Cádiz y El Puerto de Santa María precisaría de 32 minutos. Hasta Jerez serán 45 minutos. «Son unos tiempos muy competitivos respecto a otros medios y al transporte privado», proclamaba en la presentación institucional del proyecto. El tren-tranvía sobre la Bahía tenía un presupuesto previsto de 134 millones de euros que, tres años después, no existen.

Mil días más tarde, un manto de silencio administrativo y parálisis ha cubierto aquel gran proyecto. El Ayuntamiento admite que está previsto que el puente tenga el espacio para los futuros raíles. Pero nada más sabe. Lo más parecido a otro solar baldío, pero longitudinal y muy estrecho.