Merkel y Rajoy, sentado en una mesa de la delegación argentina, conversan durante la breve reunión que mantuvieron ayer en Santiago de Chile. :: PABLO OVALLE / EFE
ESPAÑA

Rajoy plantea a Merkel que la austeridad es una receta que no sirve a todos los países

Insiste ante la canciller alemana en que los ajustes deben ir acompañados de estímulos económicos de los países ricos

SANTIAGO DE CHILE. Actualizado: Guardar
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Un segundo año de gobierno basado solo en la austeridad, con severos recortes y ajustes en áreas tan sensibles socialmente como sanidad, educación o dependencia puede resultar fatal para las aspiraciones de Mariano Rajoy de optar a un segundo mandato. Las elecciones quedan lejos, pero la sensación de que la sociedad se impacienta ante la falta de resultados prometidos a cambio de hacer sacrificios y perder empleos y dinero queda patente en todas las encuestas.

La Moncloa ha comenzado a variar algunas de sus estrategias. Tras varios días mandándose mensajes subliminales a través de los medios de comunicación, Mariano Rajoy y Angela Merkel mantuvieron ayer en Santiago de Chile un breve cara a cara antes de la sesión de clausura de la VII Cumbre Unión Europea-América Latina y el Caribe.

Unos diez minutos en los que, según fuentes del Ejecutivo español, ambos mandatarios reafirmaron su alianza, pero mantuvieron sus diferencias. Oficialmente hablaron de cuestiones relacionadas con las perspectivas financieras e integración europea, que serán la base del Consejo Europeo que se celebrará los días 7 y 8 de febrero.

Sin embargo, Rajoy mostró sin rodeos en su discurso que, además de ser uno de los alumnos más aplicados de la austeridad que predica Merkel, necesita estímulos para reactivar la economía española y, si no evitar, lograr bajar cuanto antes de los seis millones de desempleados.

El presidente del Gobierno defendió que todos los países no pueden aplicar la misma receta contra la crisis porque la situación y las características son diferentes. La austeridad como única herramienta, prosiguió, no sirve para todos los casos.

En síntesis, el presidente español planteó a su homóloga alemana que 'si yo me esfuerzo en reducir el déficit público, tú me tienes que ayudar a generar políticas de crecimiento'. Rajoy lleva varias semanas insistiendo en que 2013 será mejor para España e, incluso, no descarta que la economía española pueda abandonar los números rojos.

La respuesta de Merkel, sin embargo, fue poco halagüeña. «No contraer deudas de cara al futuro» y exportar más. Esta es, a juicio de la canciller alemana, la única receta posible para sortear la coyuntura económica. Merkel, además, alejó aún más esa luz a final del túnel que el Ejecutivo de Rajoy dice que se atisbará a finales de este ejercicio. El diagnóstico de Merkel fue poco alentador porque, a su juicio, quedan al menos otro año de vacas flacas.

La propuesta del presidente español, y que ratificó en su conversación con la canciller alemana, es que los países más pujantes de la UE pongan en práctica «políticas expansivas», es decir, que apuesten por el crecimiento. A cambio de este esfuerzo, los estados con problemas de financiación como España o Italia y los que tienen sus economías intervenidas como Grecia, Portugal o Irlanda, deben persistir en su lucha contra el déficit público.

Merkel propuso, como remedio a los males de España, que mejore su productividad y aumente las exportaciones a las economías emergentes de América Latina. Rajoy, durante su alocución, recordó que esa recomendación llega con décadas de retraso y ponderó el papel de las empresas españolas en la región porque «generan inversión, pero desde una vocación de permanencia y contando con socios locales».

España se ofrece ahora a América Latina, que gracias a la bonanza de las economías de sus países comienza a mirar al exterior, para que utilicen a España «como puerta de entrada en la Unión Europea».

Seguridad jurídica

Solo pide un peaje a cambio de ese papel, seguridad jurídica. De hecho, en la bautizada como Declaración de Chile se constata que los 60 países participantes en la cumbre se comprometen a promover «un marco normativo estable y transparente que proporcione seguridad a los inversionistas, pero al mismo tiempo reconozca el derecho soberano de los estados a regular».

Una declaración que incomodó a Argentina, país que no solo tiene un contencioso con España por la expropiación de YPF, la filial de Repsol en ese país, sino que ha nacionalizado empresas de otras naciones.

Rajoy saludó y conversó cara a cara por primera vez desde que llegó a la Moncloa con la presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, y con el cubano Raúl Castro y con el vicepresidente de Venezuela, Nicolás Maduro. Los encuentros, pese a su brevedad, tienen relevancia política, pero la Moncloa no informó sobre las citas. Fuentes del Ejecutivo dijeron que fue la presidenta la que se acercó a saludar a Rajoy «de manera cordial» en un receso de la reunión.