ESPAÑA

El Gobierno impugnará la declaración de soberanía de Cataluña si halla un resquicio

Rajoy dice que el texto del Parlamento catalán «no sirve para nada», pero avisa de que si es necesario llevara a Mas a los tribunales

MADRID / SANTIAGO. Actualizado: Guardar
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El Gobierno aprovechará el menor resquicio legal para impugnar ante el Tribunal Constitucional la declaración de soberanía de Cataluña. Ha encargado un informe a la Abogacía del Estado para que determine si los términos de la proclama se ajustan a la Carta Magna, en concreto al artículo segundo, el que alude a «la indisoluble unidad de la nación española», un concepto que puede entrar en colisión con el texto aprobado por la cámara autonómica el pasado miércoles.

El Ejecutivo no quiere dar la sensación de que permanece de brazos cruzados ante el reto soberanista de la Generalitat de Cataluña, y aunque no entraba en sus planes iniciales tomar medidas contra lo que no es más que una declaración de intenciones sin efectos prácticos, cambió de idea. Quiere que los servicios jurídicos de la administración resuelvan si el texto aprobado por el Parlamento catalán con el voto de 85 diputados se ajusta a la Constitución, y de no ser así será recurrido para lograr su anulación.

Una experiencia anterior y similar con el 'plan Ibarretxe' supuso todo un revés para José María Aznar porque el Constitucional resolvió que el mero enunciado de unas intenciones no era materia jurídica suficiente para ser impugnada. Con este precedente, Mariano Rajoy no quería pasar por el mismo trance, pero las presiones internas y externas para impedir que se cumpla la hoja de ruta soberanista pactada por CiU y Esquerra han dado su fruto.

El Gobierno también pretende que los letrados del Estado detallen además las consecuencias que tendría no recurrir la declaración del Parlamento de Cataluña. La Moncloa quiere descartar por completo que si este contencioso continúa y acaba en una larga batalla judicial, el no recurrir ahora, desde el inicio del proceso, deje abierta algún resquicio legal que permitiera que se llevara a cabo el referéndum de autodeterminación.

La vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría se permitió además dudar del apoyo obtenido por la declaración, 85 de 135 diputados la secundaron, 41 votaron en contra y nueve no votaron o se abstuvieron. Un respaldo del 62% de la cámara autonómica, cuando una simple reforma estatutaria requiere el voto favorable de dos tercios de los parlamentarios.

La vicepresidenta rechazó que la respuesta del Gobierno fuera tibia porque el jefe del ejecutivo ha dado «una cumplida respuesta política desde el primer momento».

Sin gritos

Para Mariano Rajoy, la declaración de soberanía «no sirve para nada». Así valoró Mariano Rajoy desde Santiago de Chile la iniciativa del Parlamento catalán. El presidente del Gobierno aseguró en una charla informal con periodistas que está «muy tranquilo» porque sabe perfectamente lo que tiene que hacer con el reto soberanista, cumplir y hacer cumplir la ley.

De hecho, el jefe del Ejecutivo no dudaría en ningún momento en llevar ante los tribunales a Artur Mas si pone en peligro la unidad de España. Antes de llegar a ese extremo quiere agotar la vía política. Lo hará, pese a ciertas críticas por su tibieza a la hora de enfrentarse a Mas, a su estilo, sin estridencias. «A mí nadie me va a escuchar dar gritos», zanjó.

No habla con el presidente de Cataluña desde la inauguración de la línea de AVE hasta la frontera francesa. El próximo encuentro será en la Moncloa, aunque no hay fecha y es probable que ambos líderes hayan pactado que no tenga cobertura informativa.

«Estoy dispuesto a hablar con el presidente de la Generalitat de lo que quiera pero tendrá que cumplir la ley y, si no lo hace, acudiremos a los tribunales», alertó en una entrevista concedida a ABC Punto Radio.

Fuentes de Moncloa indicaron que Rajoy seguirá con la mano tendida, pero que no aceptará ningún pulso o chantaje como el que, a juicio del propio presidente del Gobierno, intentó Mas en septiembre pasado, cuando planteó que si el Ejecutivo no aprobaba el pacto fiscal para Cataluña «habría consecuencias». Unas consecuencias que se convirtieron en la deriva soberanista.

Rajoy reveló asimismo que en este asunto va de la mano del líder socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba, con el que ha intercambiado impresiones sobre la forma de responder a los planteamientos de Artur Mas. La sintonía es total, comentó el presidente del Gobierno.