Angela Merkel y François Hollande se saludan ayer en su encuentro de Berlín. :: WOLFGANG RATTAY / REUTERS
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Merkel y Hollande ya se tutean

El eje franco-alemán avanza medidas para reforzar el euro en el 50 aniversario de la firma del Tratado del Elíseo

BERLÍN. Actualizado: Guardar
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La canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, François Hollande, festejaron ayer por todo lo alto el 50 aniversario de la firma del Tratado del Elíseo, sustento del eje franco-alemán y símbolo del fin de las guerras entre los dos países, con la intención de acallar las voces que hablan de una relación debilitada entre ambos mandatarios por sus discrepancias, sobre todo, a la hora de afrontar la crisis de la moneda única. Para contrarrestar estas críticas, qué mejor que el anuncio de un nuevo paquete de medidas para mejorar la difícil situación de la zona euro y reforzar la divisa común, que presentarán en el Consejo europeo de mayo.

Las palabras crecimiento y competitividad centraron el discurso posterior a la reunión bilateral que Merkel y Hollande mantuvieron en la sede de la Cancillería y antes de una histórica sesión conjunta de ambos parlamentos en Berlín. «Somos conscientes de nuestra gran responsabilidad para mejorar la situación en la Unión Europea, superar la crisis del euro y hacer posible un crecimiento económico», declaró.

La mandataria alemana afirmó que trabajarán juntos para mejorar el mercado laboral europeo y la protección del medio ambiente, además de luchar contra el cambio climático. Durante su encuentro, Merkel y Hollande discutieron también sobre la situación en Malí. El presidente francés insistió en que su intervención trata de ayudar al país africano y agradeció el -discreto- apoyo prestado por Alemania.

Sin embargo, es vox populi que entre los dos mandatarios no existe una gran simpatía. «Los tiempos son duros y la crisis del euro ha dejado su huella tras de sí», sostiene el diario francés 'Le Monde'. Atrás quedó la firma del Tratado del Elíseo y el simbólico abrazo entre Konrad Adenauer y Charles de Gaulle el 22 de enero de 1963. Un abrazo que ponía fin a tres guerras entre los dos países, desde la invasión de Napoleón hasta la caída del Tercer Reich.

Merkel y Hollande no son Adenauer y de Gaulle; tampoco Helmut Kohl o François Mitterrand, que pasaron a los anales de la historia por su visita de 1984 a Verdún, donde tuvo lugar la sangrienta batalla entre los dos países en la Primera Guerra Mundial. Y lo más importante, 2013 no es 1963. El eje franco-alemán se ha convertido, en ocasiones, en un arduo trabajo, en una «laboriosa amistad», en palabras de 'Der Spiegel'.