Rubalcaba hace balance del año en la sede del PSOE :: J. C. HIDALGO/EFE
ESPAÑA

Rubalcaba admite que el PSOE no es aún una alternativa «nítida» al PP

El secretario general de los socialistas desdeña el requerimiento de Griñán para anunciar ya su intención de ser candidato a la Moncloa

MADRID. Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Alfredo Pérez Rubalcaba hizo su balance de fin de año con la idea de amartillar su mensaje contra el Gobierno. Acusó a Mariano Rajoy de perpetrar un «engaño consciente» para llegar al poder, de agravar los problemas de España y de emplear el argumento de la 'herencia recibida' como «burladero para huir de sus responsabilidades». Pero de pasada, el líder del PSOE hizo también un leve ejercicio de autocrítica. Y admitió que su partido no ha purgado aún sus culpas ante los ciudadanos ni ha sido capaz de elaborar una alternativa «nítida y clara» frente al PP. «Tenemos que merecer el voto», dijo.

Esa es la tarea a la que se enfrenta el principal partido de la oposición en 2013: la articulación de un completo proyecto político al que apenas ha podido dedicar tiempo en un primer año de mandato plagado de procesos electorales, conflictos internos, cuestionamientos del liderazgo y dudas con la línea de oposición. La oferta de pactos al Ejecutivo fracasó y ahora Rubalcba habla de otra cosa, «una alternativa responsable -insistió-, pero de izquierdas».

No es que se detuviera mucho en analizar los porqués de un año poco fructífero en términos de recuperación interna. De hecho, eludió de manera deliberada profundizar en el tema. Sus colaboradores se lamentan a menudo de que un sector del partido no ha admitido su derrota en el 38º Congreso Federal y ha jugado a desestabilizar a la actual dirección. En todos estos meses el debate sobre la candidatura a la Presidencia del Gobierno y la celebración de las primarias ha sido una constante. El Consejo Territorial del 15 de diciembre puso un parche y José Antonio Griñán lo levantó al instar, el martes, al secretario general a decir ya que aspira al puesto.

Tomar ahora semejante decisión no está en los planes de Rubalcaba. Lo dejó bien claro ayer durante su comparecencia en la sede del partido. «Hemos venido a hablar de los ciudadanos que lo están pasando muy mal», elaboró por toda respuesta. Aunque algunos apoyos del secretario general creen, como Griñán, que con un 'sí' aportaría claridad y reforzaría su liderazgo -«el 'Dios dirá' le da un aire de interinidad», dicen- otros sostienen que sólo serviría para abrir la veda y acelerar un proceso que conviene dejar para el último tramo de la legislatura.

Legitimidad

La dirección socialista asume que en febrero Carme Chacón anunciará su intención de concurrir a las primarias. Si Pérez Rubalcaba hiciera lo mismo, dicen en su entorno, no estaría legitimado para frenar el debate que puede desencadenar y eso daría al traste con el calendario que debe culminar en otoño con la celebración de la varias veces reformulada Conferencia Política, en la que los socialistas aprobarán una oferta de reforma económica, fiscal, territorial y electoral.

El empeño de Rubalcaba es lograr lo que hasta ahora ha resultado imposible: que cuando se hable del PSOE sea para referirse a sus propuestas y no a sus problemas. Ayer lo intentó con denuedo. «Es verdad que Rajoy heredó una situación difícil -admitió- pero también heredó un sistema sanitario publico, universal y gratuito, que hoy ya no es ni público ni universal ni gratuito; un sistema educativo con igualdad de oportunidades, que va camino de convertirse en una educación desigual y segregadora; un sistema de pensiones que acababa de ser reformado, que tenía una perspectiva de estabilidad, y sobre el que hoy vuelven a aparecer muchas incógnitas...».

Él quiere convertirse en un referente para quienes defienden lo público y prometió así poner su «empeño personal» en frenar dos iniciativas concretas: la ley Wert y el proceso de privatización de la gestión hospitalaria. A este efecto, anunció que, con la ayuda de un grupo de juristas, lo recurrirá «todo». «Dado que el Gobierno no deja margen al diálogo ni con los grupos de la oposición ni con los profesionales de la Sanidad, no tenemos más remedio que defender este sistema sanitario en los tribunales; y lo vamos a hacer», arguyó.

Admitió, que por el momento no ve motivos de inconstitucionalidad, pero en todo caso añadió que de no lograr pararlo, el PSOE vigilará cada euro público que se dirija a todos los hospitales.