Dos de los trenes de alta velocidad en la estación de Pekín; a la derecha, un pasajero en la Clase Lujo. :: AFP
Economia

2.298 kilómetros en ocho horas

China inaugura la ruta Pekin-Cantón, la línea de ferrocarril de alta velocidad más larga del mundo

PEKÍN. Actualizado: Guardar
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El gigante asiático marca un nuevo hito tecnológico al unir en ocho horas los 2.298 kilómetros que separan Pekín de Cantón. Imagine un viaje de Sevilla a Barcelona con escala en Madrid a bordo del AVE. Ahora, multiplique la distancia por dos. Pues todavía le faltan 38 kilómetros para igualar la longitud de la línea de tren de alta velocidad (TAV) que ayer inauguró China entre la capital, Pekín, y la megalópolis sureña de Cantón. Con 2.298 kilómetros es el trayecto de TAV más largo del planeta, y se ha construido en una fracción del tiempo empleado en tejer la red del AVE, que constituye la más extensa de Europa y la segunda del mundo tras la china.

El precio de los billetes entre las dos ciudades del gigante asiático también supone una pequeña parte de lo que pagaría un pasajero en España: 865 yuanes (108 euros) en tercera clase, y el doble en una Clase Lujo equipada con amplias butacas rojas que, como sucede en la primera clase de los vuelos intercontinentales, se reclinan hasta convertirse en una cama. El catering, por supuesto, está incluido. Y la señal 3G garantiza el acceso a internet. Así, no es de extrañar que las aerolíneas ya estén sudando por el efecto que puede tener la competencia que llega.

Sin duda, la nueva línea marca un nuevo hito en el gran salto tecnológico y de comunicación ferroviaria que está protagonizando China este siglo. Eso sí, aunque las máquinas pueden moverse a 350 kilómetros por hora, después del accidente que en julio del año pasado se cobró la vida de 40 personas su velocidad se redujo a 300 km/h. A este ritmo, el viaje por esta columna vertebral de hierro dura poco más de 8 horas. Un cambio brutal si se tiene en cuenta que los trenes convencionales tardan 22.

No obstante, ayer la inauguración se vio deslucida por el retraso, de hasta casi una hora, que acumularon los trenes por culpa de la nieve que dificulta el transporte en el centro y el norte del país, que sufren uno de los inviernos más fríos de las últimas tres décadas. Además, ayer tampoco circularon los 150 pares de trenes que está previsto que hagan la ruta cada día cuando la línea esté completamente operativa. La prueba de fuego llegará con el Año Nuevo chino, en febrero, una época en la que los trenes del país mueven 230 millones de pasajeros.

En el caso de la línea Pekín-Cantón, uno de los aspectos más importantes es el desarrollo que las 35 paradas del trayecto pueden impulsar en el centro del país, una zona que todavía está lejos de la riqueza que disfrutan las provincias de la costa este. El tren dará servicio a una población de hasta 400 millones y, según ha anunciado el Gobierno, supondrá un gran beneficio económico.