La plantilla de la cámara oscura sopla las velas de su tarta de cumpleaños
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Los años mozos de Torre Tavira

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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La Torre Tavira, uno de los atractivos turísticos de Cádiz más conocidos, sopló ayer las velas de su mayoría de edad. A pesar de ser un edificio con unos 300 años de antigüedad solo lleva 18 años explotándose como recurso turístico. La gaditana, Belén González Dorao, llegó a ella mientras buscaba el emplazamiento perfecto para una locura empresarial; instalar en su ciudad la primera cámara oscura de España. González Dorao, convencida del potencial turístico de Cádiz, lo convirtió en el eje profesional de su vida y ya en 1993 llevaba tiempo rumiando la idea de sacarle partido al centro de su ciudad. En ese punto de su búsqueda profesional y personal se encontraba cuando uno de sus hermanos volvió de su viaje de novios trayendo en la maleta como recuerdo unas diapositivas de la cámara oscura de Edimburgo. Belén entendió al instante que este efecto óptico podía funcionar a la perfección con la luz y el entorno arquitectónico que ofrece Cádiz. La idea era ofrecer un juego, una forma diferente de conocer la ciudad, en definitiva, lo que se llama en turismo una experiencia.

Recorrió el casco histórico buscando un emplazamiento y cuando vio Torre Tavira no quiso buscar más, ya nada le gustaba, su privilegiada situación geográfica, el valor histórico del edificio y el encanto del barrio eran justo lo que necesitaba. Esta torre es una de los más de 140 miradores, testigos del comercio y prosperidad de la ciudad en el siglo XVIII. Tavira fue de hecho la torre vigía oficial del puerto de Cádiz, por ser la cota más alta de la ciudad, construida a más de 45 metros sobre el nivel del mar.

Entonces llegó el momento de vender la idea al Ayuntamiento de Cádiz, de convencer a quienes pensaban que se trataba de un experimento descabellado. Pero esta empresaria tuvo la suerte de tropezar con un concejal de Urbanismo, Rafael Garófano, que era un experto en fotografía del siglo XIX, y que sabía aún más de cámaras oscuras que la propia Belén. Ya tenía el sitio. Ahora faltaba la cámara oscura. Buscó por toda Europa hasta que encontró a un apasionado de las lentes y la luz, un técnico llamado David Finden, que quiso construirle una cámara oscura a medida en Torre Tavira. Así, y sin dejar de tocar en todas las puertas posibles, nació en 1994 este atractivo turístico por el que han pasado más de un millón de personas. Casi la mitad de los visitantes son extranjeros y muchos de ellos llegan en cruceros de nacionalidad alemana, los viajeros que mejor conocen este rincón de Cádiz. La empresa arrancó con tres personas, incluida la promotora de la idea, y hoy suma ya 16 empleados.

El equipo de Torre Tavira sopló ayer las velas de su tarta de cumpleaños en la azotea de la torre rodeado de amigos, de muchos amigos que disfrutaron después de una fiesta muy gaditana, con un catering servido por el cocinero de El Garbanzo Negro, negocio vecino de la torre, con sus cartuchitos de pescado frito, tortillitas de camarones y una olla gitana. Así celebró este joven equipo sus 18 años de trayectoria, mientras su empresaria repite que el pilar más importante para que la empresa funcione es la calidad en la atención al público que ofrecen las guías. En resumen, buenas ideas, mucho trabajo, una plantilla cualificada; las llaves para abrir las puertas del éxito profesional incluso en plena crisis internacional. A Torre Tavira nada le afea sus 18 añitos.