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Cae una banda especializada en clonar tarjetas de crédito

Una primera denuncia formulada por un vecino de San Fernando ha desembocado en una operación policial que se ha saldado con 36 arrestos

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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La Guardia Civil ha detenido, dentro de la denominada 'operación Turbina', a 36 personas como presuntos integrantes de una organización criminal a la que se le imputan numerosos delitos de robo y clonación de tarjetas bancarias. Se trata de una actividad delictiva, conocida como 'skimming', que incluye el robo/copiado en cualquier parte del mundo de la información contenida en las bandas magnéticas de tarjetas bancarias, ya sea en cajeros automáticos, establecimientos comerciales o internet. Los detalles de la operación, que fueron difundidos ayer en la Comandancia de Cádiz arrancó a partir de una primera denuncia presentada por un vecino de San Fernando.

Las detenciones se han producido en las provincias de Huelva (28 arrestados), Sevilla (cuatro), Jaén (uno), Barcelona (uno), Rumania (uno) y en Estambul, donde ha caído uno de los principales cabecillas de la organización a través de una Comisión Rogatoria Internacional, ya que se encontraba en prisión por otros delitos.

Durante los registros domiciliarios que se han llevado a cabo se han intervenido un laboratorio para la falsificación de documentos públicos, tarjetas bancarias clonadas, documentos de identidad eslovacos y checoslovacos falsificados, gran cantidad de anotaciones de numeraciones de tarjetas, listas de encargos para compras, así como resguardos por el envío de más de 45.000 euros de España a Rumania y seis vehículos.

Las primeras pesquisas detectaron pagos fraudulentos que seguían el mismo patrón. Se realizaban con tarjetas clonadas en una cadena de supermercados en Huelva, Sevilla y Cádiz.

La organización clonaba las tarjetas robadas y fabricaba documentos de identidad falsos a través de estos documentos bancarios. Además, introducía en el mercado negro los bienes adquiridos mediante los pagos realizados con las tarjetas duplicadas.

Más de 200 compras

En las primeras investigaciones se analizaron los comprobantes de compra en los que aparecía estampada la misma firma. Tras ello, se detectaron más de 200 transacciones fraudulentas por valor de más de 180.000 euros.

Los integrantes de esta organización criminal afincada en Huelva eran en su mayor parte de origen rumano y estaban divididos en grupos. Los receptadores se encargaban de introducir en el mercado negro los efectos adquiridos.

Los pasadores realizaban las compras con las tarjetas clonadas en distintos establecimientos. Además, localizaban los negocios en los que era factible colar las tarjetas y aquellos que estaban sensibilizados ante este tipo de delitos y que llamaban 'zonas quemadas'.

En otras ocasiones acordaban con el responsable de un establecimiento, principalmente clubs de alterne, pasar las tarjetas clonadas a cambio de hacer un gasto elevado. De esta manera generaban un importante agujero económico a las víctimas, pero al actuar en connivencia con el dueño del negocio, no temían levantar sospechas.

El cabecilla de la red, que residía en Almonte (Huelva), recibía las novedades y controlaba las actividades de los pasadores, a los que les ordenaba la compra de determinados objetos. Además, contactaba a través de internet con el proveedor de las numeraciones de las tarjetas para la fabricación de otras. La organización contaba con un informático que se hacía cargo del software para la clonación del dinero de plástico.