La escritora y profesora está esta tarde en Jerez para presentar su segunda novela, 'Misión olvido'. | LA VOZ
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María Dueñas: «Quería hacer una novela positiva, sensata y luminosa»

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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Su vida cambió radicalmente hace tres años cuando 'El tiempo entre costuras' irrumpió en el mercado editorial para convertirse en un best seller, una novela que sigue creciendo en número de lectores y cruzando fronteras (traducida a 28 lenguas). Precisamente de historias y amores cruzados sabe mucho la autora María Dueñas (Puertollano, 1964) que hace apenas un mes y medio publicó 'Misión olvido' (Temas de Hoy), una novela contemporánea que retrotrae al lector a escenarios muy diferentes: la España de posguerra, el exilio de los intelectuales españoles de mitad de siglo, la vida en un campus norteamericano de finales de los noventa o las misiones franciscanas de la Alta California Española. Hoy, Dueñas visita la Fundación Caballero Bonald para presentar su segunda obra, que desde su salida tiene el marchamo del éxito.

-Recurrió a escenarios de su propia familia para escribir 'El tiempo entre costuras' y en 'Misión olvido' sobrevuela una historia poco conocida, las misiones franciscanas en California. ¿Cómo se decidió a narrar sobre ellas?

-En parte esta novela tiene mucho de mí porque es totalmente contemporánea. Narro la vida universitaria en un campus norteamericano, y yo soy profesora de Universidad y estuve en EEUU estudiando, pero el hecho de que sea en California es casual. Me topé con esas misiones en una viaje en el norte de California, en un recorrido de placer y me pareció muy interesante recuperarlo.

-Como en la anterior novela, en 'Misión olvido' la protagonista y voz narradora es una mujer. Pero Blanca Perea es mucho más decidida que Sira, la modista de 'El tiempo entre costuras'. Eso sí, también escapa, emprende una huida hacia adelante...

-La protagonista vuelve a ser una mujer a la que todo su mundo salta por los aires en un momento inesperado, pero Blanca comparte con dos coprotagonistas, otros dos personajes, en este caso masculinos, que son muy potentes. La profesora cree que todo en su mundo es estable, que ha conseguido el equilibrio en todas sus facetas, pero que a raíz de la infidelidad de su marido todo se derrumba y emprende una huida hacia adelante.

-La crítica destaca su capacidad para hacer creer al lector que buena parte de lo que cuenta es autobiográfico, sin serlo. ¿Cómo consigue ese acercamiento?

-En 'Misión olvido' nada forma parte de mi biografía, Blanca no es mi alter ego. Sí es cierto que compartimos varias circunstancias, como que somos madres y profesoras, o que hemos estado en un campus norteamericano. Esas cosas son las que me han hecho fácil conseguir una sintonía con la protagonista, no me ha costado nada ponerla en acción. De todas formas, creo que cualquiera, muchas mujeres y también muchos hombres, pueden sentirse identificados con la protagonista.

-Otro punto en común entre sus dos obras literarias es el rescate de personajes reales. En este último caso, sobre todo, el del escritor Ramón J. Sender. ¿A él también llegó por casualidad?

-Es un escritor que me gusta mucho. Me interesaba recordar esa etapa de los escritores españoles exiliados que construían su producción literaria en Norteamérica. Y de Ramón me fascina, además, su lado más personal, el de sentirse un autor sin patria, exiliado y casi maldito...

-La estructura de la novela, a saltos, ¿responde a su interés de hacer novelas de historias cruzadas, de encuentros y desencuentros?

-Es una decisión estructural, sí, que nada tiene que ver con la de 'El tiempo entre costuras', contada más a golpe de calendario. En 'Misión olvido' se parte del presente pero mira hacia atrás, creando un juego de planos paralelos, historias cruzadas, amores, tiempos y fronteras cruzadas.

-¿Teme que su descripción de los años de posguerra esté para algunos cargada de tópicos?

-No, porque realmente eso de los tópicos es algo subjetivo. A lo mejor esa descripción no es nada nuevo en España, pero si después quieres presentar tu novela en otro país y otros lectores, sí se tomarán como novedades. Asegurar que son tópicos es una visión muy reducionista de la literatura. Se tiene que escribir para distintas lenguas, distintos públicos y distintas generaciones.

-A uno de los personajes de la novela, Daniel Carter, un profesor español le aconseja que no se quede, precisamente, con lo más superficial de la cultura española. ¿Cree que es por eso por lo que cautivó tanto a los norteamericanos, porque fueron capaces de no quedarse en el tópico?

-Precisamente creo que lo que más les seducía era el tópico. En sus visitas, esporádicas, venían buscando el lema tan conocido 'Spain is different'. En los años 50 la sociedad española estaba aún muy atrasada y eso a los extranjeros, más adelantados, les seducía enormemente.

-¿Le ha pesado el éxito de 'El tiempo entre costuras' para la escritura de esta novela?

-No, para nada, he desarrollado ambos proyectos de forma separada en mi mente. Está claro que una segunda novela es un reto, pero muy ilusionante también. Y luego, la verdad, es que he encontrado el favor del público muy rápido.

-Como dice en 'Misión olvido', ¿la mejor historia está por escribirse?

-He intentado que mi novela sea luminosa, positiva, optimista y sensata, sin fuegos de artificio. Que el lector se de cuenta de que siempre lo mejor está por venir.

-¿Su mejor novela también está por llegar?

-(Risas) Eso espero, pero ahora mismo estoy tan volcada en la presentación de 'Misión olvido' que no tengo tiempo para pensar en otra cosa.

-Hace casi tres años dijo en una entrevista a este periódico que le ilusionaba cada entrevista, cada presentación. ¿Ha cesado esa efervescencia?

-No, para nada. Sigo con la misma ilusión, todos los encuentros con los lectores son muy cálidos y provechosos para mí.