«Mis demonios interiores me han impedido dirigir hasta ahora»

A Dustin Hoffman recogió ayer el quinto Premio Donostia de esta edición tras cautivar con su cercanía y derrochar toneladas de clase e inteligencia. El ganador de dos Oscar (por 'Kramer contra Kramer' y 'Rain Man') paseó por la ciudad junto a su mujer y no tuvo ni un solo ademán de divo.

-¿Siente nostalgia de sus inicios, cuando trabajó con directores que revolucionaron Hollywood: Mike Nichols, Arthur Penn, John Schlesinger...?

-En aquella época no sabíamos que estábamos viviendo una edad de oro. Se deja a Milos Forman, Peckinpah, Truffaut, Fellini... ¡Dios mío, hay tantos que cambiaron el cine tras la Segunda Guerra Mundial! Ese gran cine sigue existiendo, pero no en Hollywood. Se llama cine independiente y lo hacen directores tan grandes como cuando yo empecé. Los estudios no quieren saber nada de ellos porque su único objetivo es ganar dinero. No les interesan los filmes de bajo presupuesto, como el mío, que costó 10 millones de dólares. Eso son dos semanas de rodaje en una producción de Hollywood.

-¿Por qué debuta como director precisamente ahora, a los 75 años?

- Llevo 45 años actuando. Mis demonios interiores me han impedido dar el paso hasta ahora. He estado muchas veces cerca de hacerlo. Pavarotti contaba que a veces estaba tan nervioso antes de salir a escena que su mujer acababa empujándole. Yo me sentí así. Recibí el guion y necesité investigar sobre ópera y música antes de rodarla. La verdad, no sé muy bien por qué acepté. Todavía tengo muchos más demonios que me están ganando la partida.

-¿Y ha sido un buen director para los actores?

- He tratado de evitar errores que han cometido realizadores con los que yo he trabajado, que en vez de readaptar la escena a la verdad orgánica de los actores, les piden que sean ellos los que se adapten. He querido que los actores se sientan cómodos y que todo fluya de forma natural.

-¿Le siguen afectando las críticas tanto como a estas viejas glorias, que las repasan una y otra vez?

- A algunas películas no les afectan las críticas, como a las de acción o las dirigidas a los chavales. Pero en el cine independiente importan mucho. No tienen millones de dólares para hacer publicidad, así que necesitan buenas críticas para sobrevivir. Lo que ya no existe es el boca a boca. Antes se estrenaba una película que no empezaba bien, como 'El graduado', pero el boca a boca empezaba a funcionar. Ahora si no funcionas el primer fin de semana desapareces.