EL PUERTO

El helado en Luna se come a la plancha

La heladería Da Massimo innova con una nueva técnica para servir su producto en la nueva yogurtería del centro que complementa el negocio

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El paladar identifica de inmediato las primeras cucharadas: chocolate y vainilla. Todo un clásico. A medida que las ganas avanzan, se topan con las sorpresas. Una superficie dura de delicioso chocolate puro encierra un corazón de sirope de café. La intensa combinación de sabores anula el resto de los sentidos: todos los nervios se centran en el más hedonista, el gusto.

Cuando toda la Bahía está contagiada por la eclosión del helado de yogur, Massimo Pozzi, gerente de Da Massimo, ha dado un golpe de efecto con este atractivo producto, que conjuga la prestancia de la copa de helado con el placer de seleccionar sus ingredientes y observar su elaboración. El resultado es un helado personalizado que permite decenas de combinaciones distintas. Imposible repetir en Da Massimo, a no ser que el cliente tenga claros sus favoritos. El heladero italiano, cuyo negocio en la calle Luna es todo un referente en El Puerto, ha abierto una yogurtería a escasos metros, en la esquina con Misericordia. El nuevo establecimiento, que complementa al que funciona desde hace más de dos años, también ofrece helados a la plancha... pero a menos veinte grados. Se trata de un mármol especial muy resistente cuya temperatura permite trabajar con el helado y mezclarlo con el 'topping' manteniendo su textura y ese punto exacto de cremosidad que caracteriza a los helados de Da Massimo. «No creo totalmente en las yogurterías. Ahora están de moda en España, pero en Italia pasó lo mismo, sobre todo en las grandes ciudades. A los dos años, se acabó la moda. Yo busco un producto que tenga rendimiento durante todo el año. Ofrecemos yogur helado, pero también a la plancha, como el helado clásico. Y la posibilidad de sentarse a tomarlo, que en la heladería, por problemas de espacio, no se puede».

Cinco minutos con cada cliente

«Otra de las ventajas es un contacto más directo con el cliente. Allí es más difícil, sobre todo cuando hay mucho trabajo y tenemos que atender muy deprisa. Con el helado a la plancha pasas cinco minutos con cada cliente, le aconsejas y le orientas sobre los sabores, las mejores combinaciones...». Y es que comerse un helado a la plancha de Da Massimo también es una fiesta para la vista que podría hacer perder la cabeza a los más indecisos. Más de veinticinco 'toppings' diferentes -desde tejas portuenses y 'cookies' hasta confitura de frambuesa o Kinder bueno-, cinco variedades de frutas naturales cortadas en el día y diez sabores de helados neutros -chocolate, nata, fresa...- que son la base para dejar volar la creatividad. «Está llamando bastante la atención, pero hay gente a la que le cuesta trabajo probar aún. Vienen, miran, y se van a la heladería. Pero cuando se animan y lo prueban, repiten al día siguiente».