:: FOTOGRÍA VÍCTOR LÓPEZ
CÁDIZ

Los camarotes creativos del Atlántico

VISTASEl proyecto vanguardista ofrece visitas guiadas al mirador del inmueble, uno de los puntos más altos de la ciudad cerrado al público desde hace 25 años La muestra 'Ahora el mar' de Paco Cano abre hoy las puertas de Las Cuatro Torres

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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«Cada sala está concebida cómo una casa donde los artistas exponen su idea del mar». De esta forma explica el artista Paco Cano, la concepción de la exposición 'Ahora el mar', un proyecto ambicioso que unifica arte y ciencia en torno a lo marítimo con el fin de que ambas disciplinas surquen nuevos horizontes de éxito. Esta idea ocupa las salas interconectadas de las tres plantas de la torre lateral derecha. Todas ellas dan a un patio común cuyas vistas adornan telas con motivos marinos, esquema característico de las casas de cargadores de Indias. La azotea y las visitas a la torre mirador cada media hora, organizadas por Rumbo Sur, completan la oferta de 'Ahora el mar'.

El público tendrá acceso al inmueble por su acceso lateral. Ahí comienza el naufragio por este navío de puerto fijo. En su interior despiertan más de veinte camarotes decorados con problemáticas en torno al océano. Tras varios días de duro trabajo para acondicionar sus instalaciones, el resultado es un laberinto creativo en el que cada marinero escoge su travesía. La planta bajo está ocupada por el arte. Así, en la primera habitación nace el colorido de La lavadora con su recreación festiva de la playa a partir de elementos decorativos como sillas, lámparas e ilustraciones. Los tres prismas superpuestos con la sostenibilidad como argumento de José Manuel Vera Borja siguen el viaje. El audiovisual también tiene cabida en esta muestra con las videocreaciones de Dolly Factory que dan luz a un pequeño túnel en el patio interior del inmueble. Presidiendo el centro del patio de la torre, surca los mares la fuente escultórica de Luis Quintero. Las proyecciones submarinas de Pablo Fernández y la papiroflexia del Gabinete de curiosidades de Lo Herrera completan la oferta marina de la planta baja. La travesía continúa en la segunda planta, donde conviven los camarotes de artistas y empresas. Las marismas de Daniel Vázquez desembocan en la orilla de José Antonio López, plagada de algas. En este piso también ocupan su espacio el legado de las administraciones públicas y empresas privadas que colaboran en la muestra, con el mar como eje estratégico.

En el segundo piso, los espacios se reparten entre la pintura, la escultura a base de reciclaje e instalaciones como la de La Torre Tavira, en la que un panel que emula las vistas de Cádiz desde su Cámara Oscura preside el espacio. El viaje llega a su clímax en su tercer puerto, la última planta. En ella, el arte se hace capitán en la casa del creativo Miguel Ángel Valencia y sus 'Huellas y pipas' y '100 vivencias', dos trabajos fruto de sus paseos por las playas gaditanas donde el mar le regaló historias a partir de pisadas. El gaditano es vecino de camarote de los cuadros de Carmen Bustamante, que adornan las paredes de la sala expositiva principal, y los animales marinos a los que Gloria García Miranda da vida con objetos cotidianos. Y en la azotea, una barra con mesas para refrescar a los marineros.