:: FOTOGRAFÍA FRANCIS JIMÉNEZ
Sociedad

Los zombies toman la hacienda

La fotógrafa chiclanera Clara Martín organiza una sesión en Las Beatillas

EL PUERTO. Actualizado: Guardar
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Solo faltaría que fuera real. La hacienda Las Beatillas, abandonada y saqueada, presenta las características ideales para acoger una fantasmagórica puesta en escena sin necesidad de más atrezzo que sus salones de celebraciones vacíos, muebles arrumbados, roturas y estropicios como resultado de los continuos robos que en los últimos meses se han cebado con el edificio, sobre el que pesa una sentencia firme de demolición por hallarse en suelo protegido. En este ambiente aislado e inquietante, en el que el subconsciente se pone en alerta ante los peligros desconocidos que puedan deslizarse en cada esquina, se despiertan los muertos, prestos a alejar a los jóvenes temerarios que entran a curiosear en la hacienda.

Así de nítido lo vio Clara Martín a través de su objetivo. La joven fotógrafa chiclanera organizó una sesión de zombies, sustos y persecuciones en los pasillos y las salas del edificio. Aunque no había intención de seguir un hilo argumental ni componer una historia en imágenes, cada fotografía se asemeja a un fotograma de las películas que han inspirado a la autora. «Siempre me ha gustado ese cine y hacer este reportaje es algo diferente, que se sale de lo habitual. Surgió la oportunidad, nos dieron permiso, y lo hicimos». Un total de 22 personas, entre modelos, maquilladores, peluqueros y técnicos, participaron en el reportaje, que se puede ver en el perfil de Facebook y en su página web, www.cmgphotos.es.

A sus 24 años, Clara, que comenzó a estudiar fotografía a través del grado Multimedia de Artes, cuenta con un buen muestrario de su trabajo, que se ha centrado fundamentalmente en la moda. «Me gusta fotografiar lo que creo que es bonito, lo que dentro de mi cabeza es bello. Y ahí me gustaría enfocar mi trabajo. Si hago otras cosas sería por aprender». De momento compatibiliza la fotografía con un curso de diseño gráfico a distancia y trabaja con una empresa japonesa que importa productos nacionales y otra de Ibiza, que organiza eventos. Ella se encarga de hacerles fotografías para sus páginas webs. Y aunque es un buen comienzo que además le permite seguir viviendo en Cádiz, sabe bien que las oportunidades en el mundo de la moda están en Madrid y Barcelona. «Por ahora voy a centrarme en terminar mis estudios y estaré aquí todo el tiempo que pueda».