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YOUTUBIO

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Pensaba escribir de la visita de Carlos Dívar a Cádiz, donde el casi que aún presidente del Tribunal Supremo iba a venir a conmemorar el Bicentenario del alto Tribunal, inaugurado tal día como hoy en la maravillosa Torre Tavira. Como el elefante que acude instintivamente al osario paquidérmico recorriendo cientos de kilómetros bajo el abrasador sol keniata -buscando el frío abrazo de la merecida muerte- se supone que acudiría el viejo magistrado a nuestras playas -que nada han de envidiar a las marbellíes- a pique de una dimisión forzada, arrastrado de los pelos por las esquinas en un bello ejercicio de fratricismo judicial.

Y en estas me componía cuando descubro una foto no de estudio (vamos, que no la ha hecho Eva Lindberg, la talentosa) en la que aparece la dama escorpión de LA VOZ, Doña Silvia Tubio Fernández. La Asociación de la Prensa gaditana, presidida aún por Fernando Santiago, ha concedido a Silvia el Premio Cádiz de Periodismo por su trabajo sobre el Clan de los Flores titulado 'Nacidos y criados para el delito', publicado que fue en este medio el pasado mes de mayo. Y yo que se lo decía (y tengo pruebas): 'Tubio, que te van a dar el Pulitzer'. Y se lo han dado, el Pulitzer gaditano, vamos. ¡El del Bicentenario! Y merecidamente.

La Tubio es mujer alta para ser mujer, pelo corto; con cara de sospechar. Sabe, domina y opina. Estudia. Mete el dedito en la llaga. Es periodista en su pleno sentido, va de Lois Lane pasando por Woodward. El olfato se le huele; las ganas de pisar callos metidos en charcos. Me alegro tanto por ella como ella se alegraría por Landi y Landi por Téllez y Téllez por Contreras; porque se ha ganado este reconocimiento con sangre (de víctimas), sudor (de imputados) y lágrimas (de familiares). La animo desde ya a empezar a escribir el guion de esta 'Fábrica Flores' de crear animales, asesinos y violadores, para verla en las pantallas del Palillero, siempre que la dirija Urbizu. Pero, eso sí, cambiaría un poco la trama, novelándola para dotarla de veracidad. Algo así como:

El clan de los Flores, a punto de asestar un golpe letal en plena casa cuartel chiclanera, recortadas en mano, es finalmente atrapado por la benemérita gracias a la acertada intervención de una atrevida reportera. Youtubio; Selva Youtubio. La misma Selva que cenaba cada quince días en un carísimo restaurante de una conocida localidad malacitana con su secreto amor, el odontólogo al que acabó denunciando en la portada de su periódico al descubrir su relación ilícita con una banda organizada de tráfico de dentaduras de contrabando incautadas en el puerto de Algeciras, coincidiendo su publicación con la visita de SS.MM. el Rey que -caballo de ajedrez moviéndose en tijera- premiaba a un alcalde patriota a la par que castigaba a una alcaldesa celotípica. outubio lo tenía claro entre el odontólogo y la noticia. Buena es ella. La ganadora del Pulitzer de Cádiz. La noticia siempre vence.