'Ecos del Trocadero', uno de los paisajes favoritos de la artista gaditana. :: LA VOZ
CULTURA

La inmensidad de los detalles

La pintora Lola Montero expone en Benot su último trabajo, 'Bajamar sincrética', una colección romántica y misteriosa con Cádiz como protagonista

CÁDIZ . Actualizado: Guardar
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Solitarios, misteriosos y románticos. Sublimes. Así son los paisajes que inventa la artista gaditana Lola Montero, que vuelve a dar muestra de su quehacer sencillo y cartesiano en la Galería Benot. La pintora duda, se deja llevar y querer. Por sus cuadros, unos lienzos que buscan la paz que solo puede proporcionar la inmensidad. Los objetos y las figuras humanas son anecdóticos en 'Bajamar sincrética', la muestra que esta noche se inaugura en la galería gaditana.

La exposición está compuesta por 18 acrílicos sobre tabla o cartón, 16 de ellos referentes a la provincia. Los otros dos, de mayor formato, reflejan imágenes de los puertos de las ciudades de Santander y Gijón. Más paisajes de lo que en realidad a Montero le gustaría recoger en su colección ya que, según confiesa, podría perderse y atrapar miles de detalles, recrearse en algunas de sus estampas favoritas, como el Trocadero. Está presente en la muestra este lugar, al igual que los molinos salineros, la playa Santibáñez o algunas calles de la capital. Con una paleta corta -sepia, azul y negro- la pintora es capaz de captar la belleza en lo que, a priori, no la tiene. Sin lógicas plásticas ni efectismos. «Quitaría tantas pinceladas, que ni pintaría para tener el resultado que deseo», comenta Montero sobre sus acuarelas.

En su búsqueda por ofrecer un halo de misterio, casi magia, Montero incorpora encuadres «modernos» y reflejos luminosos en sus aguas. 'Bajamar sincrética', incluye además algunas imágenes de los castillos de San Sebastián y Santa Catalina, además del Baluarte de la Candelaria. «Es mi espinita, siempre los veo diferente, será por las mareas», cuenta la pintora.

Su trabajo intimista, cíclico y preciso ha hecho de Lola Montero una artista consolidada. Pintar es tan cotidiano y espontáneo como su respiración, sin embargo, sigue luchando por conseguir la perfección, y no solo la plástica. «Lucho por llegar al mundo urbano, rural, de reflejar los paisajes a través de una mirada solitaria y misteriosa, en el sentido romántico», cuenta la gaditana que, con la que se estrena hoy en Benot, tiene dos exposiciones en cartel. La otra hay que buscarla en Sevilla, en la galería Haurie. Se titula 'Realidad superior' y, como en todas sus colecciones, ha escogido sus rincones favoritos de la capital hispalense, acompañados de algunas imágenes gaditanas y otra de las rías de Bilbao. Los próximos proyectos de la pintora la llevarán a Cartagena y Osuna, el pueblo en el que creció. En estos trabajos seguirá explotando su máxima: «no hay nada que haya superado a una buena pincelada y un color bien puesto». En la conciliación de esos dos elementos, Montero encuentra la tranquilidad, su refugio, como en la otra geografía rural o urbana que ella desvela en sus obras. Con una claridad meridiana Lola Montero lo define: «Mis cuadros soy yo».

'Bajamar sincrética' se inaugura esta noche en la galería Benot a las 20. 30 horas y podrá visitarse hasta el próximo 24 de junio.