Sociedad

El Taj Mahal se hunde

El descenso del caudal del río Yamuna y la contaminación amenazan los cimientos de madera del monumento al amor

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Es una de las joyas del mundo, el símbolo incontestable de que el amor sobrevive más allá del tiempo. Ha cumplido 357 años de vida y se encuentra en peligro.

El Taj Mahal fue construido junto al cauce del río Yamuna, del que dependen 57 millones de indios y que cubre el 70% de las necesidades de agua de la megalópolis de Delhi (18 millones de habitantes). El excesivo aprovechamiento del río con la consiguiente pérdida de caudal ha provocado que uno de los cuatro minaretes que rodean al mausoleo de mármol blanco se haya inclinado 3,57 centímetros en los últimos 30 años, según las conclusiones de una investigación del Centro Arqueológico de la India a instancias de un juzgado de Agra, donde se encuentra el Taj Mahal. Asímismo, la ausencia de agua y la concentración de basura estarían dañando los cimientos de madera del monumento.

Para la luz de palacio

En octubre de 2011, un grupo de historiadores y de defensores del medio ambiente alertaron sobre un próximo desplome de este símbolo del amor si no se toman medidas urgentes para su conservación. Al tiempo, una encuesta reciente del ministerio indio de Medio Ambiente constató que los niveles de contaminación en Agra se habían multiplicado con el crecimiento de la industria, del tráfico y de la población. Hasta el espectacular mármol blanco del mausoleo amarillea ya por la polución.

El gigantesco cenotafio fue construido a mediados del siglo XVII por el emperador Shah Jehan para honrar la memoria de su esposa, Mumtaz Majal, 'La luz de palacio', en persa. La mujer murió al dar a luz a su hijo número 14.

El edificio de mármol blanco se levantó con toda la intención junto al río, con la idea de que la piedra lechosa se reflejara sobre el fondo azul de las aguas. Sin embargo, el Yamuna es ahora un riachuelo negruzco. La leyenda cuenta que Shah Jehan pensó construir un segundo Taj Mahal, esta vez de mármol negro, al otro lado del Yamuna, destinado a convertirse en su propia tumba.

Hoy, la presencia de numerosas fábricas y la extracción de agua para su aprovechamiento con fines agrícolas e industriales han hecho descender de forma alarmante el nivel del río. Y la construcción de seis embalses aguas arriba de Agra ha colaborado a esta carencia.

En su informe, el Centro Arqueológico de la India descarta totalmente el derrumbe del edificio, catalogado como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, pero aconseja mantenerlo bajo vigilancia y tomar medidas cada año del monumento más conocido del país para controlar su estado.

El río de la tristeza

La amenaza no cesa. Cada día 3.000 millones de litros de aguas usadas son devueltas al Yamuna, según estimaciones de un centro medioambiental de Delhi. El monzón de primavera y sus abundantes precipitaciones maquillarán en unos días el estado del pestilente hilillo de agua que discurre frente al Taj Mahal. «La contaminación ha logrado lo que 350 años de guerras, invasiones y catástrofes no pudieron conseguir», apuntó el entonces presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, durante su visita oficial a la India en marzo de 2000.

La contaminación del Yamuna es tan grande que ya recibe el nombre de 'río de la tristeza'. Para tratar de atajar el problema, el Gobierno indio ha previsto una inversión de 380 millones de euros para la construcción de distintas plantas de aguas residuales.

Unos cuatro millones de turistas llegados en autocares y automóviles visitan cada año el Taj Mahal, con lo que a la polución de las aguas se suma la atmosférica. En 1993, la Justicia india ordenó el cierre de varias empresas contaminantes en las cercanías del monumento de mármol.

Los vehículos están prohibidos a menos de 500 metros (solo puede accederse a pie o en pequeños vehículos eléctricos) y una pantalla gigante informa de forma puntual a los visitantes del grado de contaminación del aire en el entorno del cenotafio. Con todo ello, la verdad, el Taj Mahal se desprende de su halo romántico. Aunque lo que importa es que siga en pie.