Rey Piulestán retrata sus rincones para el recuerdo

El joven artista gaditano Manuel Rey Piulestán lleva casi diez años sumergiéndose en la época más gloriosa de Cádiz. Desde que pintara cuarenta lienzos para el Hotel Las Cortes en 2003, no ha parado de contemplar grabados antiguos, retratos doceañistas y todo tipo de pinturas relativas a los acontecimientos de 1812. Su última exposición recoge una veintena de obras que representan diversos rincones de la ciudad que ya no existen. Estampas para el recuerdo que vivieron durante todo el siglo XIX y que conforman ahora este viaje al pasado.

Hasta el próximo 20 de abril, la Casa de la Juventud de Cádiz (Cánovas del Castillo, 41) alberga la muestra pictórica 'Pasajes hacia la memoria viva del tiempo', la primera que acoge desde su inauguración el mes pasado. Casi una veintena de acrílicos y óleos sobre lienzo de un autor que, pese a su juventud, posee una amplia trayectoria artística y docente, culminada este año con la creación del cartel oficial del Carnaval 2012. Además, en 2002 obtuvo el primer premio en la modalidad de pintura en el Certamen 'Fernando Quiñones', organizado por la Delegación Municipal de Juventud.

Según el propio artista, en esta nueva muestra el espectador puede ser testigo de la evolución urbanística que experimentó Cádiz a lo largo del siglo XIX y principios del XX. A través de sus lienzos, puede verse la construcción de la Catedral y el Gran Teatro Falla, el antiguo faro de San Sebastián, el antiguo mercado lleno de tenderetes, así como un retrato de la ciudad, antes y después del derribo de las murallas de Canalejas. «Me gustaría despertar en el visitante esa idea de cambio, donde se destruye, pero también se construye», explica Manuel Rey Piulestán.

«Llevo muchos años pintando escenas de Cádiz», asegura el autor, que hasta 2005 estuvo viajando y viviendo por Italia e Indonesia. Desde entonces, reside en su ciudad, y trabaja como profesor de pintura y modelado para adultos en el Centro Cultural 'El Bidón'.

Además, desde hace un tiempo pertenece al colectivo de artistas locales Esfera Azul, que tras el cierre de la galería Ártica en el centro de la ciudad, decidió gestionar de forma colectiva este espacio, consagrado a los creadores gaditanos. «Seguimos exponiendo allí los mismos artistas, junto a otros que se han apuntado después», aclara.