opinión | elecciones 25-m

Claves ante las elecciones andaluzas

ASOCIACIÓN PARA LA DEFENSA DE LA SANIDAD PÚBLICA ANDALUCÍA Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Es imprescindible recuperar ya la ética en las estrategias de los partidos políticos, en el sentido de que se comprometan a que las propuestas que se incluyen en los programas son las iniciativas que se van a desarrollar en la legislatura y no ninguna diferente. La desafección y la falta de credibilidad y de confianza de los ciudadanos con los partidos políticos es el fin de la democracia. El Sistema Sanitario Público Andaluz (SSPA) se encuentra en una situación bien diferente a la de otras Comunidades Autónomas, lo que evidencia que la acción política es la clave para la implantación, desarrollo y consolidación de la Sanidad Pública, como ocurre con cualquier otro aspecto del sector público. El Servicio Andaluz de Salud (SAS) estaba mejor preparado para hacer frente a la crisis, fundamentalmente por la trayectoria en la contención del Gasto Farmacéutico y en la Gestión Clínica, por la cual los profesionales han asumido responsabilidades de control del gasto desde hace muchos años.

Una cuestión de vital importancia es la oposición frontal a los recortes sanitarios. Es muy previsible que los Presupuestos que se van a plantear por parte del Gobierno Central sean a la baja, lo cual no puede ser aprovechado para justificar recortes en aspectos esenciales para el bienestar social, sobre todo, obviamente, en aquellos sectores sociales que sólo tienen al sector público para poder acceder a cubrir sus necesidades. El reto está en mantener la cartera de servicios y el nivel de calidad del SSPA, ya que de lo contrario sería fraudulento, porque todos los partidos están anunciando que no van a retocarlos. La negativa a los recortes sanitarios debe ser una de las bases de los programas electorales, que deben tener una explícita alusión a cómo van a ser las prioridades de gasto, figurando el gasto sanitario, junto a otros gastos sociales, como irrenunciables.

Nuestra organización lleva 30 años reclamando la aplicación de una ley de incompatibilidades que impida ejercer la profesión sanitaria en el mismo ámbito geográfico entre el sector público y el privado. Es la única fórmula de conseguir equipos 'de la sanidad pública' comprometidos de forma indudable con los objetivos del SAS. En su defecto, como mínimo es increíble que no se haga un seguimiento efectivo de la dedicación exclusiva para aquellos profesionales que la tienen concedida y cobran por ello.

La Atención Primaria de Salud (APS) se está deteriorando y está perdiendo su papel dinamizador de la asistencia sanitaria. La sobrecarga asistencial y la falta de sustituciones de los profesionales está 'ambulatorizando' los Centros de Salud y acabando con los programas comunitarios. La puerta de entrada al sistema sanitario debe tener un papel preponderante en la organización de la prestación del servicio público. Hay que acabar con el hospitalocentrismo y con la apuesta prioritaria a las grandes tecnologías. Los programas políticos deberán explicitar qué partidas van a ser suprimidas, en especial aquellas inversiones en grandes infraestructuras que no benefician a los ciudadanos ni a la clase trabajadora y son lesivas para el medio ambiente. La Salud Pública sigue siendo la cenicienta del SSPA y aunque se reconoce su importancia, posteriormente los recursos y su peso específico no progresan.

La política de conciertos en el SAS es otra clave de enorme importancia. Deben ser siempre complementarios y transitorios. Hay una tendencia indudable a la privatización con externalizaciones de cada vez más servicios. El SSPA debe caracterizarse por la financiación pública pero con provisión y gestión públicas. El modelo que se ha consolidado en la Enseñanza, con colegios de gestión y provisión privadas pero con financiación pública, incluido en el Sistema Sanitario lo consideramos absolutamente inaceptable y significaría una apuesta potente por la privatización.

La Sanidad Pública en Andalucía y en España es un logro histórico reconocido internacionalmente y es perfectamente sostenible. No hay dudas al respecto. Existen cuotas de mejoras absolutas que no se han abordado y que harían más eficiente las prestaciones. El copago sanitario, no es sólo injusto, insolidario y afecta sobre todo a las personas más enfermas y desprotegidas sino que no ha solucionado nunca ningún aspecto en aquellos países en los que se ha aplicado.

La movilización social para proteger nuestro SSPA y defendernos de aquellos que quieren debilitarlo o privatizarlo es una estrategia urgente. La reflexión del ciudadano ante las elecciones y el voto inteligente y coherente es exigible si queremos que la democracia no sea virtual. En nombre de los sectores más desfavorecidos, que cada vez son más en proporción, defendamos el sector público porque el bienestar social es un logro que ha costado mucho tiempo alcanzar y que no podemos dilapidar en pocos años.