DOCTOR IURIS

No es país para tiesos

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No llegué a saber su nombre, era latino, de los Mets y hablaba español: eso me bastaba. Subimos a su furgoneta y el hombre -lo llamaremos José- nos fue sacando de Manhattan calle abajo, con dirección al tour 'Contrastes de Nueva York'. José comenzó a hablar del crack del 29 y los ejecutivos volando por los aires desde los rascacielos, tal y como murieron los desafortunados de las torres gemelas hace más de una década. La gente no tenía empleo, educación ni sanidad y un gobierno populista decidió construir viviendas de bella fachada e incierto interior para que lo ocuparan gratuitamente los sectores sociales más necesitados: madres solteras, parados y enfermos, siempre que no mejorara su fortuna, que, claro está, no iba a mejorar. Las madres puertorriqueñas parían niñas -justo en la barriada donde nació Jennifer López- y, a los catorce años, las hacían quedarse encintas para conservar la vivienda tres lustros más. Es el Bronx, donde los basureros trabajan con casco de seguridad porque los inquilinos de las viviendas públicas en vez de bajar los electrodomésticos estropeados los tiran por las ventanas, al acerado. Nos contó José que un alcalde intentó que las personas que cobraban el paro tuvieran, en contraprestación, que limpiar en el metro, como servicio a la ciudad. Casi lo matan. Tuvo que mostrarse en público y decir que lo olvidaran, que era una mala idea. La persona que cobra el paro ha de tener tiempo para reflexionar sobre la dirección en la que va su vida, y colaborando con la Administración no se tiene. Pensé en nuestra nación, tan vieja y europea, y tan poco sabia. En la analogía tan preocupante que existía entre el New York años 30 y la España de los 5 millones de pardos. Y en que el dinero que no se gana con sudor y esfuerzo no se valora; en esas casas del Bronx con alambradas y espinas para atrapar las basuras lanzadas desde las ventanas a la calle; en la larga cola de personas armadas de muletas y sillas de ruedas, que iban en fila a la oficina de asistencia social para pedir subsidios y que se arrastran como pueden hasta hablar con el funcionario para salir corriendo al terminar, tirando las muletas al cubo de mugre.Esto no se trata de ser de izquierda o derecha, separatista o patriota, se trata de sobrevivir, de la cantidad de prejuicios absurdos y discursos abyectos que nos atenazan y amordazan ante la estulticia de alguno de nuestros gobernantes. Se trata de tener una economía fuerte y un mercado laboral firme y estructurado. Se trata de aprender de los errores de los demás. De que, como la Nueva York de José, España no sea un país para tiesos.