Diego Torres, vendedor del año de ONCE, en su puesto de trabajo en la calle Trille. :: MIGUEL GÓMEZ
CÁDIZ

«Asumir la minusvalía supuso una lucha contra mí mismo»

El mejor vendedor del año de la ONCE en la provincia desea que le otorguen un quiosco donde poder realizar sus ventas diarias

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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«No se trata solo de las ventas sino del trato con la gente y con la empresa». La cercanía con el público es la que ha convertido al gaditano Diego Torres, de 48 años, en el mejor vendedor durante 2011 de la ONCE en la provincia de Cádiz.

La entrega de los galardones el pasado fin de semana durante una cena-homenaje en Madrid, que han recaído en 21 trabajadores de toda España (3 de ellos andaluces)- ha supuesto para Diego «una alegría muy grande porque no me lo esperaba», después de diez años trabajando en el mismo punto de venta de la calle Trille.

Diego cree que el reconocimiento responde a «mi buen currículum» y siente que «es una recompensa a una lucha contra mí mismo». A causa de una minusvalía «tuve que dejar el mundo de la hostelería tras 17 años porque no podía realizar ningún tipo de esfuerzo» y «no quería aceptar la realidad». La ONCE le ha dado la oportunidad de «levantarme por las mañanas con la alegría de ser útil».

A su puesto de venta se acerca Ana, una de las clientas habituales del mejor vendedor de la provincia, que destaca «el respeto y la amabilidad con que trata a todas las personas que le compran». «Hay que saber vender y él lo hace muy bien» comenta Luis, otro de los clientes fieles del vendedor.

Este es quizá el aspecto más destacable del premio otorgado por la ONCE, el trato hacia el público y el respeto a los compañeros. Desde la corporación afirman que los criterios que se han tenido en cuenta para elegir a los vendedores del año, amén de los anteriores, se basan en la media de ventas desde los distintos terminales asignados a cada uno de ellos.

En este sentido, individualmente les corresponde un gestor comercial que los visita y repasa los objetivos fijados a lo largo del año como son la actitud comercial, la implicación con la institución o la disponibilidad para cubrir eventos sociales y culturales, entre otros.

Diego se enteró de la concesión del premio dos semanas antes por el aviso desde la delegación de la ONCE en Cádiz y ha podido disfrutar de tres días en Madrid con todos los gastos pagados, donde ha coincidido con todos los ganadores a nivel nacional en la gala de entrega. Ya en Cádiz «solo espero por fin poder tener un quiosco que llevo un par de años pidiendo al Ayuntamiento» con el que resguardarse, por ejemplo, del frío que recorre las últimas semanas todo el país.

Diego Torres no oculta su satisfacción por «la gran obra social que se encuentra detrás del cupón de la ONCE». Estoy en «una empresa maravillosa que ayuda a muchísima gente» y «yo espero seguir ofreciendo la ilusión al público» y les mando el mensaje de que «no se desesperen» ante la difícil situación económica que estamos atravesando. «Me han dado el premio en un año complicado», dice. «Escucho mucho a la gente que me compra y, a veces, los veo tristes, registrando en el bolso para encontrar unas monedas con que comprar el cupón». Uno de los sueños de Diego es lograr dar el premio del cupón de su barrio, 50 números iguales repartidos en tres grupos, aunque ya había dado hace cuatro años uno de 350.000 euros.

La placa recibida como reconocimiento la semana pasada y el premio del viaje a Madrid durante unos días «muy fríos», lo quiso compartir con su mujer. «Se lo debía como viaje de novios» explica, aunque también quiso incluir en sus agradecimientos a «toda la familia ONCE y a toda la clientela que me sigue siendo fiel».

Al futuro el vendedor del año lo mira con optimismo. «Espero seguir como hasta ahora y continuar dándole a público ilusión. Espero que Dios haga un milagro y reparta trabajo para todos».