Tribuna

Los populares, también sordos

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

El PP se ha encerrado en Sevilla. No a reivindicar nada, faltaría. Ni a realizar un ejercicio de democracia interna, que no tiene costumbre. Se encierra a festejar la mayor cuota de poder institucional que haya tenido un partido en la cortísima historia democrática española. Están tan contentos, que deben verse para compartir su dicha. Ahora sólo falta que el resto de votantes propios y ajenos, ciudadanos en general, encuentre en los próximos meses algún motivo para contagiarse de una pequeña porción de esa satisfacción. Si pretenden conseguirlo con discursos como el de Antonio Sanz, alabando y anunciando la vuelta al ladrillo, demuestran que han decidido quedarse con toda su alegría para consumo propio.