El 'Costa Concordia' se hunde en las aguas del Tirreno. Debajo, detalle de los daños del barco. :: AFP / EFE
MUNDO

Caos en el hundimiento de un mítico crucero italiano

Tres muertos y 41 desaparecidos al chocar con un arrecife el mayor buque nunca hundido, con 4.232 pasajeros

ROMA. Actualizado: Guardar
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El 'Costa Concordia', una de las mayores y más lujosas naves de crucero en activo, yacía ayer con sus 290 metros de largo junto a los arrecifes de entrada al puerto de la isla del Giglio, frente a la costa toscana de Italia, tras naufragar la noche del viernes. A última hora de ayer, con una gran confusión en las cifras y en el rescate, el balance era de tres muertos, 67 heridos, con dos graves, y cuarenta desaparecidos. Es un número a manejar con cautela pues los supervivientes han sido desperdigados por hoteles y hospitales sin demasiado control y simplemente puede ser que algunos no hayan sido contabilizados.

También había a bordo 188 españoles y el Ministerio de Asuntos Exteriores asegura que no hay ninguno entre las víctimas, aunque los datos son contradictorios, pues la Embajada en Roma reconocía ayer que desconoce el paradero de más de medio centenar. Una española estaría ingresada en Grosseto.

Este naufragio marca un triste récord. El 'Costa Concordia', de la compañía italiana Costa, líder del sector, con sus 4.232 pasajeros, es, según la prensa italiana, el mayor buque jamás naufragado. El 'Titanic', de cuyo hundimiento se cumplirán cien años el próximo 15 de abril, llevaba 3.500 personas. Es un mito flotante botado en 2006 -aunque la botella no se rompió, signo de mal augurio- que ha sido derribado de forma increíble. Con una gran polémica sobre la mecánica del accidente y la lentitud de las operaciones de socorro, complicadas por la rápida escora de la nave, que en media hora ya estaba totalmente inclinada. También saltó la luz y todo el rescate fue a oscuras. El mismo barco ya sufrió un choque en el puerto de Palermo en 2008.

Boquete

La Justicia italiana aún investiga lo ocurrido pero el boquete de 70 metros que se veía ayer en la panza del buque, con un gran peñasco arrancado de cuajo y aún incrustado, no dejaba muchas dudas. La primera reconstrucción indica que la nave se acercó peligrosamente a tierra, siguiendo la habitual costumbre de pasar junto a la isla tocando la sirena para saludar a los vecinos.

Ayer se veían vídeos de hace pocos meses con el paso del barco desde tierra. Pero debía navegar a tres millas y encalló a escasos 500 metros del puerto, algo que fue decisivo para salvar al pasaje.

La primera explicación a la Fiscalía de Grosseto del comandante, Francesco Schettino, 52 años, once de servicio en la compañía, fue sorprendente: aseguró que había chocado con un arrecife que no figuraba en las cartas naúticas, a 300 metros de la costa, y decidió acercarse a puerto por seguridad, donde encalló.

«En teoría esa roca no debía estar allí», declaró a una cadena televisiva. Anoche también circulaba la tesis de que el choque tuvo lugar, en realidad, algunas millas antes pero el barco siguió su ruta, rumbo a la isla, pensando que podía gestionar la emergencia. De hecho en el primer aviso llegado a la Capitanería del Puerto se informó de que en la nave «entraba agua».

Lo sucedido no está nada claro y a última hora de ayer, el fiscal ordenó el arresto del comandante y el del primer oficial, Ciro Ambrosio. Les acusa de «impericia» por «haberse acercado a tierra muy torpemente» y, además, de «fuga», por abandonar la nave antes de tiempo. Schettino se fue a las 23.30 horas, mientras la evacuación fue muy lenta y a las tres de la mañana aún quedaba un centenar de personas a bordo.

La investigación baraja los cargos de naufragio, desastre y homicidio. El barco está secuestrado y ha sido recuperada la caja negra. En cuanto a la posible segunda parte de este tipo de siniestros, el riesgo de una fuga de combustible (quedan en los depósitos alrededor de 2.380 litros), el Ministerio de Infraestructuras italiano asegura que «ya están tomadas las medidas para evitar cualquier contaminación».

«Evento imprevisible»

El director general de la naviera, Gianni Onorato, defendió al puente de mando: «No es correcto decir que la nave estaba fuera de su ruta, ha sido un evento imprevisible, agravado por la inclinación de la nave, también imprevisible». Además, aseguró que la operación de socorro se mantuvo en los tiempos previstos.

Sin embargo, a última hora de ayer trascendían graves acusaciones de la propia tripulación, recogidas por un medio italiano. Un oficial afirmó: «Estábamos demasiado cerca de la costa. Ha sido seguramente un gravísimo error humano, la ruta es la de siempre, pero cuando se navega bajo costa no se utiliza el piloto automático, sino el manual, y queda a discreción del comandante elegir la distancia de la costa. Esta vez ha arriesgado demasiado».

El impacto se produjo hacia las 21.45 horas. El barco había salido dos horas antes del puerto de Civitavecchia, el más cercano a Roma, donde los pasajeros habían bajado a pasar el día en la ciudad. La ruta del crucero era circular y recorría Barcelona, Palma, Palermo, Roma, Savona y Marsella. Todos los pasajeros entrevistados asocian el momento del choque con la zozobra del barco, y niegan que pasara tiempo entre un episodio y el otro. Es decir, dudan de la versión de un accidente previo. Los primeros en llegar fueron los bomberos de Grosseto con un helicóptero y vieron «cientos de personas en el mar». Los tres fallecidos conocidos hasta ahora, un matrimonio francés y un marinero peruano, murieron ahogados.