Los andaluces decidirán el 25 de marzo si el vuelco político llega a la Junta

Griñán eligió para desvelar la fecha de las elecciones andaluzas -serán el 25 de marzo- la capital de Málaga, de donde es oriunda su madre, como Carme Chacón se presentó como candidata a las primarias del PSOE en Olula del Río (Almería), donde nació su padre. Ambas provincias representan los bastiones del PP más consolidados en Andalucía tras las municipales y las generales del pasado año. Por lo que a las razones sentimentales de la elección del lugar donde comunicar la fecha electoral hay que añadir otras más pragmáticas y convincentes que la explicación del propio Griñán de que Andalucía «no es sólo Sevilla» y «Málaga es una de las grandes capitales de España».

El PSOE se enfrenta a la convocatoria electoral más difícil desde que gobierna esta comunidad hace 30 años. El PP no solo se barrunta ganador en las encuestas. Es ya partido hegemónico en Andalucía tras vencer por primera vez en votos en las municipales de mayo y en las generales de noviembre, sacando al PSOE más de nueve puntos, casi la mayoría absoluta. Para los socialistas, enfrascados en un proceso de sucesión de liderazgo, estos comicios representan casi su supervivencia. Si pierden la Junta, se verán barridos del mapa político con la excepción del País Vasco. Para Javier Arenas, más que para el PP, es la gran ocasión de lograr su viejo sueño político de ser presidente de Andalucía en su cuarto intento. Los andaluces decidirán si la ola de cambio que defiende llega a la Junta el 25 de marzo.

Los líderes nacionales del PP y del PSOE se volcarán con Andalucía. Rajoy ya dijo que era objetivo prioritario ayudar a Arenas. De hecho, en el PSOE no esperan los grandes recortes del Gobierno hasta después del 25 de marzo. Los dos candidatos de las primarias, Rubalcaba y Chacón, si en algo coinciden es en salvar Andalucía de la ola azul.

La elección del lugar en el que anunciar la fecha no es ajena a la pugna encarnizada entre PSOE y PP en una larga campaña electoral en la que recortes, Eres y subida de impuestos serán la munición con la que se atacarán.

Aterrizaje del PP

Málaga será este fin de semana sede de la convención regional del PP, donde este partido volverá a exhibir su poder actual en Andalucía con aterrizaje de ministros -Montoro, Soraya Sáenz y Báñez-, sin descartar al propio Mariano Rajoy. Todos ellos vendrán a reforzar la candidatura de Javier Arenas y a suavizar el mal trago de este por la subida de impuestos y los recortes aprobados por el Gobierno de su partido.

Griñán, candidato por primera vez, en clara desventaja según las encuestas frente a su rival y atenazado por nuevos escándalos en el fraude de los ERE, necesitaba un golpe de efecto a los que ha sido tan aficionado en su corto mandato. Un ejemplo más de la contraprogramación a la que PP y PSOE se han lanzado desde hace meses.

La Oficina del Portavoz del Gobierno eludió dar publicidad a que siete consejeros coincidirían en Málaga ayer. La portavoz, Mar Moreno, tampoco comunicó el martes que el presidente había informado al Consejo de Gobierno sobre la fecha electoral, como es preceptivo.

El efecto sorpresa se consiguió. Arropado por la mitad de su gabinete, siete consejeros -Mar Moreno (Presidencia y portavoz), Luciano Alonso (Turismo), Paulino Plata (Cultura), Carmen Martínez Aguayo (Hacienda), Antonio Ávila (Economía), Francisco Menacho (Gobernación) y Josefina Cruz Villalón (Obras Públicas y Transportes), así como la presidenta del PSOE andaluz, Rosa Torres- Griñán anunció que el 25 de marzo se celebrarán las novenas elecciones autonómicas en Andalucía.

La fecha, sin embargo, no ha sido una sorpresa. Era una de las que sopesaba el presidente -el único con potestad para ello, según el Estatuto de Autonomía- con más posibilidades. Javier Arenas y Diego Valderas incluso daban por cantado que serían el último domingo de marzo, como ambos habían referido en el Parlamento en debate con el presidente y como ayer recordó el propio candidato del PP.

Las del 25M serán las primeras andaluzas que no coincidirán con las generales desde 1994. Griñán comunicó de forma solemne que la octava legislatura de la democracia concluirá a finales de enero cuando el 30 se firme y al día siguiente se publique en el BOJA el decreto de disolución de la Cámara.

En el acto el presidente hizo un breve balance de la legislatura, que definió de «intensa, muy difícil y complicada, pero también muy apasionante», en referencia a la «histórica» crisis económica. Un hecho que ha obligado al Gobierno andaluz a una «intensa lucha» contra el desempleo y sus efectos sobre las familias andaluzas, según dijo.

Griñán confirmó que habrá una sesión extraordinaria en el Parlamento este mes para confrontar con Arenas y Valderas sobre la acción de su Gobierno esta legislatura, aunque no dijo la fecha. «Hemos hecho ajustes, pero sin recortes de derecho. Se han mantenido los derechos y prestaciones con los que llegamos a la crisis», añadió.

Balance

Asimismo, hizo hincapié en las 59 medidas para incentivar la economía impulsadas desde su Ejecutivo, aunque reconoció que no se pudo contener la destrucción de puesto de trabajo; la apuesta por la educación como «pilar básico»; las políticas de austeridad que han convertido a Andalucía en una comunidad «saneada, solvente y con un endeudamiento menor que la media de las autonomías»; y una política fiscal «progresiva».

Sobre fiscalidad y déficit, exigió al Ejecutivo de Mariano Rajoy una discusión con «lealtad» entre el Estado y las comunidades autónomas y pidió la convocatoria del Consejo de Política Fiscal y Financiera para abordar los objetivos de déficit. «Todos somos Estado. Por eso en ese consejo no quiero bloques ni que el bloque de un partido se imponga sobre otros partidos», manifestó el presidente andaluz en referencia y como crítica al anuncio de la reunión de Cristóbal Montoro con las comunidades gobernadas por el PP.