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El Vaporcito tiene nuevo dueño y será reparado para volver a navegar

La motonave fue remolcada ayer desde San Fernando hasta el varadero de El Puerto

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El Vapor de El Puerto volverá a surcar las aguas de la Bahía. Tras su triste hundimiento el 30 de agosto en el muelle de Cádiz ha encontrado cobijo en la iniciativa de tres nuevos socios, que se han hecho con las acciones de Motonaves Adriano S.L. Su intención es reparar el barco para que la próxima primavera esté de nuevo operativa. Hoy mismo comienzan las tareas en el varadero de El Puerto, donde el Vaporcito llegó remolcado desde el astillero de Navantia, cuyo plazo para la estancia de la motonave, dos meses, se cumplía ayer. Manuel Ramos, el único socio que de momento comparecido públicamente, no proporcionó información sobre la identidad de sus compañeros ni sobre el dinero invertido para hacerse con el símbolo de la Bahía y para su recuperación y puesta a punto.

A buen ritmo y con el sol otoñal como escudero. Así enfiló ayer la bocana del puerto su más ilustre huésped. Un caballero de pintura desvaída y aspecto decadente, pero firme y orgulloso. Seguro de sí mismo en un retorno que ha tardado demasiado. El Vapor se reencontró con el Guadalete y volvió a casa cuando la tarde comenzaba a caer. Pasadas las cinco se situó frente al varadero, donde sus trabajadores ya lo tenían todo listo para la maniobra de entrada, que se prolongó durante una hora aproximadamente. Una decena de curiosos se agolparon en la alambrada del taller, en la avenida de la Bajamar, para observar la maltrecha fisonomía del Adriano III, tras el que iban pasando los últimos catamaranes del Consorcio de Transportes, conformando una peculiar fotografía entre vencedor y vencido.

Un pobre recibimiento

No pocos portuenses tomaron instantáneas con sus cámaras y móviles. Con todo, la expectación por la llegada de este emblema de El Puerto no fue tanta como la que cabría esperar y ni siquiera un representante del equipo de gobierno del Ayuntamiento hizo acto de presencia para comprobar el buen desarrollo de la operación que depositó sano y salvo al Adriano en el varadero donde desde hace años se somete a sus rutinarias reparaciones y puestas a punto.

Por la mañana sí hubo comparecencia pública. El alcalde, Enrique Moresco, anunció la buena noticia. «Hay que aplaudir la valentía de estos empresarios que han entrado de lleno en los sentimientos y el corazón de muchos habitantes de la Bahía». A su izquierda, la concejala de Turismo, Patricia Ybarra, quien en los últimos días había negado la existencia de novedades en torno al devenir del Vapor. «Los empresarios nos habían pedido total discreción». Y a su derecha, Manuel Ramos, presentado como presidente del Club de Mar de Puerto Sherry, quien destacó que el armador sigue siendo Motonaves Adriano S.L. que ha sido adquirida por parte de él mismo y otras dos empresas portuenses cuya identidad no quiso revelar. Tampoco informó sobre el coste de la operación de remolque, ni el presupuesto de la reparación. «No lo podemos saber. Tenemos una valoración aproximada de la reparación del casco, pero no sabemos lo que nos vamos a encontrar en el motor. La electricidad y la electrónica son completamente nuevas, pero este barco es muy básico: una VHF, un ploter con GPS y una antena con rádar. Aunque parezca mentira la reparación es cuestión de un día de trabajo. Esperamos tenerlo listo a finales de enero». Con respecto al casco, el nuevo armador dijo que pese a su «escandaloso» aspecto, se encuentra en buen estado.

«Hay que reparar la mura de estribor del casco, donde sufrió el golpe, pero es un trabajo de carpintería de ribera sencillo». En cuanto al planteamiento empresarial, Ramos aventuró algunos cambios. «Durante estos años se han ido abandonando elementos como las nuevas tecnologías. Su página web, poder hacer una reserva desde el extranjero y pagar con visa...». Apenas una hora después de esta comparecencia pública comenzaron los trabajos para que el Vaporcito dejara el dique que durante dos meses le ha acogido en los astilleros de Navantia de San Fernando. Una maniobra que los operarios han realizado miles de veces y que se realizó sin que surgiera ningún contratiempo. De hecho, en poco más de una hora el navío ya estaba siendo remolcado en dirección a El Puerto. Extraña imagen la de un Vapor dañado por su estancia submarina y que volvía a sentir el mar bajo su casco una vez que las compuertas se abrieron para que pusiera rumbo a su futuro.