Sociedad

El jerezano José Mateos analiza la maldad y el deseo de venganza en 'Hamlet'

JEREZ. Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

El escritor jerezano José Mateos fue el encargado ayer de cubrir la ausencia de Jaime Siles, que no llegó a tiempo a su cita con Jerez debido a un contratiempo con los vuelos. 'Hamlet', de Williams Shakespeare fue la obra elegida por Mateos para su intervención en el congreso de la Fundación Caballero Bonald. De esta forma, el célebre escritor inglés se hacía un hueco de improviso en el programa de 'Releer a los clásicos'.

«La obra 'Hamlet' pertenece a un género muy trillado en la época. Las tragedias de venganza siguen alimentando hoy el 60% de la narrativa. Así, ¿por qué una obra como 'Hamlet' nos sigue inquietando?», se preguntó el escritor al principio de su intervención. «La venganza era a veces la única opción de justicia en esos tiempos. La religión luchó contra ese concepto feudal del honor y consiguió reducir los impulsos, pero como público queremos víctimas sustitutorias, necesitamos una catarsis que nos tranquilice para volver a la vida normal», continuó.

En Shakespeare «todo parece irreal porque en sus manos se convierte en desmesura y exceso y su lógica es la lógica de los sueños o, más bien, de las pesadillas». Mateos destacó su perplejidad porque «los críticos hayan visto en Hamlet a un héroe de la conciencia occidental pero en realidad es un asesino, un criminal egoísta cuyo comportamiento pone sobre el escenario nuestros más oscuros deseos».

«Nuestro peor rostro»

Según Mateos, Shakespeare consigue mostrarnos con este personaje tan cruel «nuestro peor rostro» y lo hace «jugando con nosotros, haciendo dudar a Hamlet y retrasando la venganza para que nos demos cuenta de algo terrible: que queremos destruir y matar, que queremos que mate al rey».

Según el jerezano, Hamlet «no es un indeciso sino un hombre para el que cualquier decisión, en sus circunstancias, es terrible». Mateos comparó esa situación con el mundo actual, «en la inseguridad en la que nos movemos hoy». No vengarse hubiera supuesto para Hamlet «excluirse de la sociedad, ser despreciado y despreciarse».

Al final del drama, «sabemos que todo seguirá igual, que todas esas muertes no han servido para establecer justicia sino para extender el mal», continuó el ponente. De esta forma, la venganza vuelve a empezar una y otra vez y Hamlet seguirá poniendo en marcha la maquinaria del mal.