Rafa Barber se ha mostrado respetuoso con la afición pese a las críticas. :: ESTEBAN
Deportes

Rafa Barber responde a los pitos del lunes con trabajo y respeto

«Estoy cabreado conmigo mismo, no tengo ningún tipo de reproche hacia la afición», decía ayer el centrocampista

JEREZ. Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Rafa Barber está viviendo una situación complicada en el Xerez Deportivo ya que diferentes motivos han provocado que un sector de la grada cargue contra el futbolista cada vez que juega o sale desde el banquillo. El pasado lunes, sin ir más lejos, tuvo que escuchar pitos cuando entró al terreno de juego, algo que, evidentemente, le ha afectado, aunque responda con trabajo y respeto. Ayer el futbolista se miraba a sí mismo sin realizar ninguna crítica a la afición: «Evidentemente, yo estoy enfadado conmigo mismo por no haber estado en el equipo titular. Yo analizo mi juego durante estos cinco partidos y veo que ahora el entrenador le ha dado la oportunidad a otros compañeros y yo me alegro por ellos porque en ese sentido no soy nada egoísta. Estoy cabreado conmigo mismo, no tengo ningún tipo de reproche hacia la afición». Pero sí que tuvo palabras para los que no le han dejado solo en estos momentos: «Evidentemente, estoy muy agradecido a las muestras de apoyo de los compañeros y de todo el cuerpo técnico, pero no tengo nada que decir. Simplemente, decir que la afición me merece todo el respeto. Creo que yo salí en un momento complicado del partido en el que el rival estaba apretando mucho. Además se quedaron con dos hombres menos en los últimos cinco minutos. Yo soy un pivote defensivo y el míster pensó que era el cambio oportuno. Ante eso no tengo nada que decir y solo rendir en el campo».

Quizás lo más duro es que a pesar de que Barber realice su trabajo, parece que tiene que pedir perdón. «Yo siempre trabajo con profesionalidad y a partir de ahí lo que tienes que hacer es sentirte satisfecho con tu trabajo. Luego, si te reconocen el trabajo, mucho mejor. Siempre he dicho que la afición me merece todo el respeto porque está para opinar lo que quiera en el momento que quiera».

Obviamente, Barber es consciente que se trata de un futbolista destructivo y quizás ese sea el principal motivo de la crítica: «Cada uno tiene su papel dentro del equipo y el mío es el que es. Yo lo tengo asimilado y cuando el míster me pone en el campo salgo a hacer mi trabajo al 100%, y así lo voy a intentar seguir haciendo. Sí que es verdad que es un trabajo poco vistoso, pero sí efectivo para el equipo».

Que Barber no quiera profundizar demasiado en los pitos que recibió no quiere decir que no le dé importancia a los aficionados ya que piensa que «una de las cosas más bonitas para un jugador es tener el reconocimiento de su gente. Eso es indudable. Cuando tienes a tu afición de lado, todo es muchísimo más fácil. Yo no quiero acordarme del pasado porque aquí estamos en una nueva etapa y estoy muy ilusionado para jugar aquí bien e intentar subir aquí a Primera División. Por eso estoy igual de ilusionado que en otras etapas en otros equipos. Yo daré el 100% de mis posibilidades en el campo y si luego mi afición me lo reconoce, muchísimo mejor. Lo único que pienso es en trabajar». Y no tiene miedo a que el entrenador se puede ver influido por este tipo de cosas a la hora de contar con él. «Creo que ante todo somos profesionales y el entorno no nos debe influir en ningún sentido sobre nuestras decisiones, pero el otro día era evidente que se realizó un cambio para aguantar las embestidas del Girona. Ellos tenían un hombre menos sobre el campo, pero parecía que tenían uno más porque lograron un gol y se vinieron arriba y nos entró el miedo a que empataran el partido con todo lo bien que habíamos jugado hasta ese momento. Por eso el míster pensó que había que aguantar las contras del rival. Ojalá yo pueda jugar tanto en casa como fuera porque a mí me gusta mucho jugar en Chapín».