De Barcelona a Jerez en bicicleta

Aunque su apellido invite a pensar lo contrario, José Luis Fabregat es jerezano, «y de pura cepa», recalca un amigo suyo. Trabajó durante siete años en el negocio del vino en la ciudad y en 1972, cuando la crisis en el sector amenazaba con dejarle en el paro, decidió emigrar a Barcelona. Allí encontró trabajo rápidamente en el campo de la actividad física y el deporte. Y no le ha ido nada mal. Todo lo contrario. Hoy en día es propietario de dos gimnasios junto a sus hijos.

Hacía tiempo que venía rumiando la idea de marcarse un reto y afrontarlo. Pero quería que fuese algo relacionado con la actividad física. Y acabó decidiendo que nada mejor que viajar en bicicleta del lugar donde reside hasta su ciudad natal, Jerez, la cual, además, hace ya dos años que no visita.

El primer paso, tras la decisión, era informarse sobre cómo tenía que hacerlo, precauciones, material que necesitaba... Por eso, hace aproximadamente cinco meses que empezó a preparar con mimo hasta el último detalle de su aventura. Consultó en foros de internet, habló con expertos, preguntó a personas que había hecho otras rutas largas en bicicleta...

Tiene previsto partir esta misma mañana, sobre las 9.30 horas, de Llagostera, municipio próximo a la capital catalana. Y llegar el viernes 14 de octubre o el sábado día 15 a Jerez. Ha fijado la meta en la plaza del Arenal, en la que quiere entrar sobre las doce del mediodía. Ha calculado realizar una media de unos 100 kilómetros diarios. Es decir, tardaría entre 11 y 12 días, pero ha dejado tres jornadas de margen «por si llueve o surge cualquier imprevisto», señala.

Su primera etapa concluirá hoy mismo en la localidad tarraconense de Salou. Después vendrán Alcanar y diferentes municipios costeros hasta llegar a Torremolinos. Allí ya se desviará por el interior. Y prevé un último trayecto Algodonales-Jerez.

Equipaje

El equipaje que portará será mínimo. Se limitará prácticamente a una tienda de campaña, unas mantas, ropa, utensilios de aseo y para la higiene personal... ¿Comida? Complejos proteínicos y poco más, porque tiene pensado parar a comer a diario en restaurantes que se encuentre por el camino; eso sí, «en plan sencillo». El alojamiento lo hará en campings que ya tiene mirados y en algunos casos hasta reservados desde hace tiempo.

Afirma que se siente preparado «física y mentalmente» para superar el reto: «Llevo toda la vida con los gimnasios y haciendo deporte, así que no creo que vaya a tener ningún problema». E insiste en que la única motivación que tiene es la de la superación personal: «Llevaba tiempo pensando en hacer algo así y me he dado cuenta de que, con la edad que tengo, o lo hacía ahora o ya iba a ser muy difícil; quiero demostrarme a mí mismo que soy capaz de hacerlo».