GADIÁSPORA

Dicotomías

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Apenas hace dos semanas que he llegado a Cádiz y ya me he dado de bruces con sus acostumbradas dicotomías. No me refiero a si hace levante o poniente, que si Ayuntamiento frente a Diputación -esto se acabó-; que si Puertatierra o Cádiz-Cádiz o que si Carnaval frente a Semana Santa que, por cierto, cada día se parecen más. En este caso, me refiero a dos celebraciones que me han recibido dejándome claro dónde se encuentra la ciudad ante su apuesta de futuro.

Visité la Feria del Mar esperando que hubiera un concepto homogéneo en lo que allí me encontraría. Algo festivo y de verdadera celebración de lo marítimo o lo marino. Algo que realmente diera sentido a la denominación. El nombre de la Feria no solo resultó una engañifa sino que, la propia feria en sí misma era de una dejadez y de una despreocupación insultante. Supongo que habrá a quien le interesen los algodones dulces, pescar patitos, Andy y Lucas o la piel de Ubrique; pero llamar a eso Feria del Mar me parece jugar con los presupuestos de las entidades que han organizado o simplemente colaborado con este intento festivo fallido. Con todos mis respetos para los pueblos, la Feria resultó ser pueblerina y mala. A alguien, que debería asumir responsabilidades, le han colado esta feria sin sentido, sin concepto y con nombre pretencioso. Lo mejor fue disfrutar, cuando la feria estaba vacía, de poder pasear por el muelle; ese espacio que nos deben a los gaditanos y que algún día recuperaremos.

Por otro lado asistí a la Pasarela South que se celebró en el Baluarte de la Candelaria. Sé por diversas fuentes que el presupuesto de esta pasarela equivale solo a un tercio del gastado en la Feria del Mar. Pero en South había intención y concepto; y había, además, profesionales que con mayor o menor voluntad intentan aportar a la ciudad una visión de modernidad. Te puede interesar o no la moda, pero no deja de ser un reflejo de los tiempos que vivimos y si queremos entenderlos, tenemos que informarnos. Seguro que en la Pasarela Sosuth hay mucho que mejorar, pero las ganas, la visión y la apuesta de futuro fueron evidentes. La ciudad necesita de estas iniciativas que la sitúan en el mundo contemporáneo y que atrae a profesionales experimentados y emergentes que comparten respectivamente sus conocimientos y sus inquietudes. Lo peor, saber que un espacio maravilloso como el Baluarte de la Candelaria está desaprovechado y sin un contenido programático coherente que ponga en alza un recinto tan privilegiado.