Francisco Aído acusa al coordinador del PSOE de agredirle en Diputación

La tensión interna entre veteranos dirigentes del PSOE gaditano y de la Diputación alcanzó ayer límites de bochorno, tanto si las acusaciones se demuestran ciertas como si responden a una exageración. Las diferencias entre históricos responsables de la Corporación Provincial han llegado a las manos. Al menos, es la versión del presunto agredido, Francisco Aído, primer alcalde democrático de Alcalá de los Gazules (1979-1983), y asesor personal del presidente González Cabaña en la Presidencia de Diputación hasta que fue bruscamente destituido el lunes. Este gesto fue considerado una venganza política por diferencias previas puesto que el próximo 12 de julio tenía que abandonar su cargo de todas formas para dar paso al equipo del Partido Popular.

Según el relato de Aído, durante la mañana de ayer fue a reclamar documentación de nóminas al coordinador del grupo parlamentario socialista, Fernando Suárez, que ejerció como vicepresidente de la Corporación en las dos décadas anteriores. Aído asegura que su compañero le recibió con todo tipo de insultos y le tildó de «traidor» a González Cabaña «que tantos años te ha dado de comer y ha hecho ministra a tu hija». Entre muchas frases ofensivas, siempre según el relato del presunto agredido, negado por el supuesto agresor, Suárez cogió por el cuello al exasesor y cerró el puño de la otra mano para pegarle. La misma fuente afirma que la intervención de algún funcionario que oyó el revuelo y se interpuso permitió que todo quedase ahí. Tras el incidente, registrado sobre las 11 de la mañana, ambos participantes habrían intercambiado mensajes, de voz y de texto, a través de sus móviles en los que ambos aseguran haberse insultado. El exalcalde afirma que, en ellos, Suárez le amenazó con volver a agredirle.

Francisco Aído ha asegurado a LA VOZ que el próximo lunes presentará denuncia por insultos, agresión y amenazas. Afirma que cuenta con los mensajes, al parecer, de contenido violento como prueba. Además, añade, acudirá ese mismo día a la Diputación, a las 12, «para ver si este compañero quiere pegarme» como le habría anunciado en otro SMS.

Suárez ha declinado hacer declaraciones de ningún tipo. Asegura que no tiene ningún cargo institucional ni orgánico que le obligue a dar explicaciones públicas de una discusión en la que no hubo ninguna agresión, que considera particular, privada y dentro de la normalidad.

Aído se mostraba ayer perplejo por «la reacción de un compañero y gran amigo» con el que ha trabajado «ininterrumpidamente desde 1979» y con el que no ha existido «ningún enfrentamiento previo».

«Este tipo de reacciones demuestran la situación a la que ha llegado el PSOE de Cádiz. Cuando se siembran vientos, se recogen tempestades», resume. Como única explicación y origen del episodio, el exasesor de Cabaña encuentra un precedente: «Cuando el presidente me destituyó, envié un mensaje a más de cien compañeros en el que comentaba que su última decisión sectaria en el cargo había sido esa y criticaba su proceder, pero sin insultos de ningún tipo. Hasta 72 compañeros me han respondido solidarizándose conmigo, compartiendo esa crítica de algún modo. Entiendo que Suárez ha podido responder así como reacción a ese mensaje».

El señalado como agresor elude entrar en ningún tipo de intercambio de afirmaciones y se limita a decir que el relato es falso, que fue una conversación privada sin ningún incidente y que Aído tendrá que ser responsable de sus acusaciones o demostrarlas, algo que considera imposible porque las cree falsas.