Una de las compuertas del embalse arcense se encontraba ayer abierta y lanzando agua al río Guadalete. :: ANTONIO ROMERO
Sierra

Medio Ambiente vacía el embalse de Arcos para ejecutar un mantenimiento

Las compuertas, que habitualmente están bajo el agua, llevan dos décadas sin someterse a las tareas que ahora se van a llevar a cabo

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Compuertas abiertas aunque sin lluvia. La Consejería de Medio Ambiente, a través de la Agencia Andaluza del Agua, inició ayer el vaciado parcial del embalse de Arcos para realizar labores de limpieza y mantenimiento de las compuertas. En concreto, se ha comenzado a evacuar 15 metros cúbicos por segundo por lo que en una semana el embalse dejará de tener 14 hectómetros cúbicos de agua y pasará a contar solo con 2, por lo que se desalojará casi el 85% de su capacidad.

El embalse arcense es de derivación, situado aguas abajo del de Bornos, y procura la cota suficiente para proporcionar agua a un canal de abastecimiento. Por este motivo, su nivel permanece alto de forma constante y sus compuertas inundadas. Para realizar las necesarias tareas de mantenimiento en estas compuertas, destacan desde Medio Ambiente, «hay que dejarlas en seco, lo que obliga al vaciado».

Este desalojo se puede considerar histórico porque hará que el embalse arcense marque su nivel de agua embalsada más bajo. Además, las labores que ahora se llevarán a cabo no se ejecutan desde hace dos décadas. En concreto, ahora las compuertas se limpiarán mediante chorro a presión, se les dará un tratamiento contra la corrosión y se pintarán con un producto específico.

La Agencia Andaluza del Agua aprovechará el bajo nivel del embalse para realizar un vuelto fotogramétrico, es decir, un estudio desde el aire que permitirá calcular la capacidad real del vaso. Los últimos datos existentes en este sentido son de la década de los años 50 y corresponden a los cálculos que se efectuaron antes de construir la presa e inundar la zona. El estudio actual permitirá averiguar la variación producida en la capacidad a lo largo de este tiempo debido a los aterramientos que soportan este tipo de infraestructuras, un dato de gran importancia para la gestión hidrológica.

Fauna

Medio Ambiente destaca que se ha seleccionado esta época del año para ejecutar estas labores porque «es la que garantiza un menor daño a las aves y peces», aseguran. La maniobra tiene como consecuencia una menor oxigenación en el agua que quede en el embalse, por lo que se realiza en el momento en el que cuenta con una mayor cantidad del gas para procurar que las mortandades, si se producen, sean las mínimas. Asimismo, no afecta a los periodos reproductivos de las aves.