CÁDIZ

La expectación se desinfla con las horas

Medio centenar de personas del colectivo Aprodeam se concentran ante las puertas de la Audiencia Provincial

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

La convocatoria era a las diez de la mañana pero desde casi una hora antes medio centenar de personas de la asociación Aprodeam Bahía de Cádiz se concentraron ante las puertas de la Audiencia Provincial para pedir la libertad de Simone Righi, un deseo que estaba impreso en sus camisetas. El juicio se retrasó hasta pasadas las once de la mañana y todos permanecieron en los pasillos frente a la sala cuarta. «Sólo pueden pasar 38», anunció la secretaria judicial y los agentes de Policía Nacional se aseguraron de que así fuera. El aforo estaba completo con varios miembros de la prensa, alguno de carácter nacional.

Curiosamente pese al gran número de asistentes al juicio, el silencio se mantuvo a lo largo de la jornada. Sin embargo la larga sesión provocó que poco a poco los miembros de Aprodeam abandonaran su lugar y se fuera a la calle a dedicarse a sus quehaceres habituales. Tras el descanso para un breve almuerzo solo una decena de miembros del colectivo ocupaban el aforo.

Tan solo tres hechos hicieron que el público asistente se pronunciara sobre las declaraciones de los testigos. El primero fue el relato de la propia alcaldesa a lo cual respondieron con pequeños susurros, el segundo, la intervención de algunos miembros del colectivo, presentes en la manifestación de aquel 7 de octubre de 2007. Los dos testigos, aportados por la defensa, portaron unas camisetas con el eslogan «Libertad para Righi», algo que a juicio del fiscal, dejaba en evidencia su credibilidad ante los hechos.

El tercer y último hecho que levantó las quejas del público fue las declaraciones de siete agentes de la Policía Local y Nacional. Ellos afirmaron que «Simone se resistió con gran violencia», a lo que los presentes respondieron con la palabra «mentira». El juez amenazó con desalojar la sala si volvían a armar alboroto y todos callaron hasta el final de la sesión.