ley antitabaco

El primer día sin tabaco transcurre sin incidentes en la provincia

Asociaciones antitabaco exigen controles en la aplicación de la nueva ley que prohíbe fumar desde hoy en lugares públicos

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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Ya no se permite fumar. Se ha terminado la tregua y ha entrado en vigor la nueva norma antitabaco que prohíbe el tabaco en todos los espacios públicos cerrados y en parques infantiles, patios de los colegios o recintos sanitarios. Los gaditanos apuran sus pitillos en la calle. En los bares y restaurantes han desaparecido los ceniceros.

Los ciudadanos apoyan la ley pero aún hay quien se salta la normativa, aunque la mayoría de las veces es por desconocimiento. Las cafeterías de Jerez están libres de humo pero en los alrededores de los hospitales hay quien sigue fumando. El primer día transcurre sin incidentes pero la norma antitabaco aún no se cumple a rajatabla.

En primera persona

Dos de estos fumadores eran ayer Antonio y Juan, dos parroquianos del bar Pilar (en la calle Fernández Ballesteros de la capital) que charlaban amigablemente con una copita de fino de Arroyuelo y sendos cigarros humeantes. «Seguro que no fumo, no falla, pero seguiré viniendo al bar», aseguraba Antonio, mientras Juan asentía a su lado. Ambos reconocen que no les incomoda la nueva ley: «Lo que yo no quiero para mí, no lo quiero para nadie. Es lo mismo que si cojo un avión y me llevo seis horas de viaje. Ahora saldré a la calle». Sin embargo, tras ellos, otro cliente grita al ver al periodista: «¡Prohibido prohibir!» José Antonio Sanjuán, el dueño del bar, dice que desde que lleva abierto -en 1961- nunca se ha puesto un cigarro en la boca, pero ha sido un fumador pasivo a la fuerza: «Antes, el humo salía por la ventana como si fuera un puesto de churros». Con todo, dice que nunca le ha molestado el tabaco de los demás y acoge la prohibición con más resignación que otra cosa: «Me perjudica un poco, pero hay que aceptarlo porque es una cosa que nos han impuesto». Otros hosteleros son más críticos, aunque se muestran igual de impotentes. Por ejemplo, Fran Renda, encargado del restaurante Arte Serrano recuerda los 18.000 euros invertidos en acondicionar una sala para fumadores que, ayer a las dos de la tarde, estaba vacía. «Ese dinero ya no lo vamos a recuperar», lamenta. Ni siquiera en su terraza se podrá encender un pitillo si los toldos están echados. Otro lugar donde se prohibirá definitivamente el tabaco es ante la puerta del Hospital Puerta del Mar.

Quienes sí tendrán hoy algo que celebrar son las asociaciones antitabaco que habían criticado la antigua Ley por ser demasiado laxa, y que han aplaudido la actual. Aún así, su celebración aún guarda reservas: «Parece que la hostelería será seria, pero la nueva ley no refuerza los controles, no se sabe muy bien cómo va a intervenir la policía local o si la inspección de trabajo va a tomar cartas en el asuntos», explicaba ayer Ubaldo Cuadrado, de Nofumadores.org. Por su parte, la sociedad de neumólogos de Andalucía -Neumosur- exigía ayer a las autoridades «una vigilancia activa, sanciones ejemplares» y «tolerancia cero». Hecha la ley, «lo que hace falta ahora es que se cumpla».