El brindis entre la alcaldesa de Sanlúcar, la consejera, la regidora jerezana, el alcalde de Trebujena y el presidente del Consejo (de i a d) simboliza esta unidad. :: JAVIER FERNÁNDEZ
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Antonio Fernández asume la presidencia del Consejo con el reto de unir al Marco

El ex consejero de Empleo aboga por «aparcar filias y fobias» y trabajar «por los intereses» del vino de Jerez

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Una abarrotada Bodega de San Ginés acogió ayer la emotiva toma de posesión del nuevo presidente del Consejo del Vino de Jerez, Manzanilla de Sanlúcar y Vinagre de Jerez, Antonio Fernández. La consejera de Agricultura, Clara Aguilera, y la alcaldesa de Jerez, Pilar Sánchez, presidieron el acto junto al ex consejero de Empleo.

En el mismo se dieron cita representantes de todos los sectores jerezanos: concejales del gobierno local, representantes de la Administración autonómica, empresarios jerezanos, bodegueros y viñistas y un largo etcétera. Como invitados de excepción, además del ex presidente del Consejo, Jorge Pascual, estuvieron los alcaldes de Sanlúcar y Trebujena. No en vano, Antonio Fernández instó a localidades como Jerez y El Puerto «a hacer gala de sus vinos y a defenderlos como los sanluqueños su manzanilla».

Tras el pleno del Consejo, una rueda de prensa precedió al discurso oficial de la toma de posesión. La consejera de Agricultura, Clara Aguilera, aludió a la necesidad de trabajar por un «futuro brillante» para el Marco, asediado por problemas estructurales de desequilibrio entre oferta y demanda; normativa europea contraria al sector; luchas entre sectores, etcétera. «A todos tiene que irle bien para que le vaya bien al Marco», resaltó la consejera apuntando tanto al sector productor (viñistas) como comercializador (bodegas).

Tanto en la rueda de prensa como en el posterior discurso, el ex consejero de Empleo de la Junta hizo hincapié en los ejes sobre los que se asentarán sus cuatro años de mandato. Uno de los principales es solucionar el «inevitable conflicto de intereses entre diferentes sectores». En este sentido, pidió que las «filias y las fobias queden aparcadas en la puerta» en pro de «los intereses empresariales», que no son otros que seguir por la senda de crecimiento tras la fuerte caída en las ventas del vino. «Es imprescindible que la pelea se convierta en una mera defensa legítima de los intereses», insistió.

Siempre con el objetivo de «vender más y mejor», apostó por obtener márgenes de rentabilidad «mayores que los actuales, dando respuesta a los nuevos consumidores». Son otras «asignaturas pendientes» de un sector con un 'stock' de casi medio millón de botas.

Modernización

En este sentido, Fernández abogó por modernizar y buscar la «innovación» en el sector, trabajando con la Universidad. Todo ello sin perjuicio de la tradición, otro de los ejes que se plantea en su mandato el nuevo consejero.

«Hay que trabajar la imagen, el marketing» y ser conscientes del «relevo intergeneracional» de un pilar económico que «merece un respeto importante».

Fernández también prometió promocionar el vino en su faceta «más saludable», para lo que hay que «poner en valor» una apuesta por la educación en el consumo.

El ex consejero de Empleo reconoció también que el sector arrastra «problemas coyunturales» derivados básicamente de la incapacidad para dar salida a la producción. Pese a todos estos datos y pese a la crisis, destacó que el sector vitivinícola ha sido «uno de los pocos» que ha incrementado las ventas de enero a septiembre en el país, tras vender «más de 65 millones de botellas», a pesar de la «disminución» registrada en el mercado de Reino Unido.

Fernández casi no dejó nada en el tintero, y recordó que la inversión promocional en los caldos jerezanos se ha ido reduciendo. No obstante, la consejera de Agricultura recordó el «continuo apoyo» del Gobierno andaluz al jerez , con «más de 50 millones de euros de ayudas públicas al Marco en los últimos diez años». En cuanto a los últimos tres millones destinados a la viña, el sector reconoció que no se han cumplido los objetivos previstos.

En un plano más personal, Fernández se mostró «encantado» de volver a su tierra, aunque «nunca me he ido», matizó.

La consejera resaltó que los problemas de la Denominación no son «exclusivos», si bien hizo hincapié en el daño de la OCM. Por ello, señaló como «prioritario» introducir una serie de modificaciones que atiendan «las necesidades de la producción y de la comercialización», es decir, viñistas y bodegas.

También apostó por «analizar» el desarrollo del Plan de Viabilidad que se puso en marcha el pasado mes de enero, para ver qué mejoras pueden introducirse. En la línea de Fernández, hizo un llamamiento a la unidad, con la «estrecha colaboración y entendimiento» de todos los miembros.

Por último, Aguilera anunció que la Junta estudia la creación de una nueva medida agroambiental para viñedos con dificultades.

Calidad y marcas blancas

Fernández no eludió hablar de problemas graves para el sector como la sanción de la Comisión Nacional de la Competencia; la necesidad de vender más vino y dar más rentabilidad a la viña; la búsqueda de equilibrio entre oferta y demanda; o las marcas blancas o BOB que atentan contra la calidad de los caldos en los supermercados. Más dura fue en este sentido la consejera de la Junta, quien señaló que «todo lo no sea buscar la calidad diferenciada supone un gasto añadido para la Denominación de Origen», que cuenta con un Consejo Regulador que vela por sus derechos.

En cuanto a la sanción de Competencia, el nuevo presidente anunció que el día 16 irá a «puntear» la posición ante la Audiencia Nacional por este caso, «reiterando nuestro criterio en contra».