«Debemos tener cuidado para no explotar demasiado la copla»

Se sienta a tomar café y la reconocen, pasea por la calle y la gente la mira con los ojos abiertos y la saludan: «¡Hola Joana!». Ella sonríe y responde, se acerca y se hace fotos con sus fans. El Teatro Villamarta recibe esta noche a Joana Jiménez, una tonadillera joven con una larguísima trayectoria a sus espaldas, 40 conciertos en tan sólo un año y un próximo segundo disco en solitario.

-Esta noche está en el Villamarta por primera vez. ¿Qué vamos a ver?

-Es un espectáculo que se hizo para la presentación del disco en Sevilla. Además de esas coplas, hay un parte en la que muestro las fuentes de las que siempre he bebido: el flamenco y la copla en su máxima desnudez, sólo a piano y con bata de cola. También habrá una pinceladita de baile, que son mis principios. El que se va a explayar es Curro de Bormujos, que es uno de los mejores y estoy segura de que pondrá el Villamarta bocaabajo.

-El empujón definitivo llegó con 'Se llama copla' pero ya tenía una larga carrera artística.

-Como en cualquier otra profesión, hay que prepararse, estudiar mucho, sacrificarse... Siempre digo que la casa hay que empezarla por los cimientos. Con cuatro añitos ya bailaba. He estudiado con muchos maestros, he ido al conservatorio a estudiar solfeo,... y a los 18 años me lo tomé más en serio porque quería ser profesional.

- «Voz torrencial», «copla de la vieja escuela»... ¿qué siente al oír estas críticas?

-Mucha satisfacción y gratitud pero, por otro lado, mucha responsabilidad. A mí me gusta que me lo pongan difícil, luchar cada día.

-¿Cree que estamos asistiendo a una revisión de la copla?

-Creo que sí. Está en un momento muy bueno pero tenemos que tener cuidado de no explotarla demasiado, hay que mimarla y darle el sitio que se merece pero sin disfrazarla. Hay que tenerle mucho respeto.

-¿Cree que el género ha estado injustamente olvidado?

-No lo creo que la copla estuviera olvidada, la tenían encerrada tres o cuatro con muy mala leche pero estaba deseando salir. Lo único es que por cuestiones comerciales y de marketing empezaron a darle más importancia a otros géneros como el pop. Compañeras mías muy copleras con las que he estudiado se desviaron musicalmente a otros géneros porque vendían más. No creo que la copla haya estado olvidado.

-Lo más difícil de ser artista es...

-Ser artista, en toda su amplitud. Lo más importante es el respeto al público que es el que paga una entrada para verte. No puedes defraudarlo, hay que estar a la altura. En mi caso, el sacrificio es no ver a mi niño durante un par de días.

-¿Qué le pide a la vida artística?

-Que me permita disfrutar de la música hasta que me muera. No soy pretenciosa en ningún aspecto de la vida: lo que está en mi mano es seguir trabajando y amando la música como lo hago desde que tengo uso de razón.

-El disco 'Salvaora' ya tiene un año. ¿Hay un nuevo proyecto?

-Sí, lo estamos preparando ya, con canciones hechas para mí. Estoy ilusionada. Espero que para febrero o marzo vea la luz.