El pequeño Marcos Carribero, con sus padres Juan y Mari y su hermana Joana, en su vivienda de la barriada La Alegría. :: JUAN CARLOS CORCHADO
Jerez

Las ganas de vivir de Marcos

Sólo uno de cada 25 millones de niños nace con atresia pulmonar, una enfermedad congénita que pone en peligro la vida del pequeño Una familia jerezana busca fondos para operar a su hijo de siete años en Boston

JEREZ. Actualizado: Guardar
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Marcos puede darle una treintena de besos seguidos a su padre sin parar, va cada día al colegio Tartessos con su hermana Joana y protesta cuando le despiertan de la siesta. Ha vivido solamente siete años y ya lleva en su cuerpo más de veinte operaciones quirúrgicas. La enfermedad congénita con la que nació -atresia pulmonar- ha hecho que duerma casi más veces en un hospital que en casa. A medida que va creciendo, necesita nuevas intervenciones y la próxima es crucial para su vida.

«Para tratar su cardiopatía hay que operar tres veces: la primera fue a los 17 días de nacer, la segunda cuando tenía dos años y ahora le toca la tercera, que se llama operación de Fontán», asegura su padre, Juan Carribero, que habla de términos médicos con total naturalidad y conocimiento. «Aquí -le atienden en el Hospital Virgen del Rocío, en Sevilla- siguen interviniendo a los niños con la misma tecnología que en los años 70. Nos dicen que lo operemos pero no nos dan ninguna garantía de que pueda sobrevivir», continuó Juan. Una situación que parecía estar entre la espada y la pared cambió radicalmente cuando supieron de la existencia del Children's Hospital, en Boston.

«Allí hacen la operación de Fontán a 40 niños cada año con una técnica diferente», aseguró el padre de Marcos mientras el pequeño se abrazaba a un perrito de peluche y seguía atento la conversación. Aitana, una niña de Zaragoza, acaba de ser operada del mismo problema de Marcos en el centro sanitario estadounidense y es su familia la que ha entregado en Boston la documentación de Marcos para que los médicos la estudien. «No sabemos si tendríamos que ir una vez a que lo valoren y ya nos quedaríamos o habría que volver», explica la madre, Ana María Moreno.

100.000 euros

Aunque no sabrán el coste exacto hasta que estén allí, la familia Carribero calcula que necesitarán, al menos, 100.000 euros para completar todo el tratamiento de Marcos. «Depende del tiempo que estemos en el hospital porque cualquier prueba cuesta mucho dinero», aseguran. Actualmente el padre está en paro y la madre recibe la ayuda de la Ley de la Dependencia por el pequeño.

Tienen pensado que en cuanto tengan la mitad emprenderán el viaje. «Hay prisa por la vida de Marcos. Ahora está estable pero tiene los hematocritos al 60% y si llegan al 65% le puede dar una embolia», dicen. Hay otros hospitales donde Marcos podría operarse pero «éste es el mejor».

Los primeros en movilizarse por la operación de Marcos han sido sus vecinos. En la barriada La Alegría han fundado una plataforma en la que colaboran otros colectivos y asociaciones como Las Torres y los comerciantes de Acoje. Ya han recibido el ofrecimiento de Torresoto y de agrupaciones musicales y de teatro que se han brindado a organizar espectáculos benéficos para la causa. «La alcaldesa nos ha llamado personalmente y estamos en contacto también con Bienestar Social. Hemos repartido huchas por los comercios y vamos a ir todos los días a la plaza del Arenal», contó Juan, que insistió en agradecer su ayuda «a todos los jerezanos». Las próximas colectas serán hoy en el mercadillo de los lunes y mañana, a partir de las diez, en Ikea y Área Sur.

La familia está muy animada «porque no sabíamos que la gente iba a responder de esta manera. Cuando se trata de la vida de un niño, para los jerezanos no hay crisis que valga». Se puede colaborar en las huchas repartidas en tiendas o con un ingreso en la cuenta del BBVA 0182-3240-08-0201714220. Para aportar ideas con las que recaudar más fondos se puede llamar al 665 305153 y para seguir la historia del pequeño, su padre escribe desde que nació en el blog marcosunniocardiopata.blogspot.com.

La familia insiste en que son las únicas formas para colaborar con la campaña y denuncia que «hay quien se está aprovechando de la desgracia pidiendo por las casas en San Benito con una estampita de nuestro hijo. Deben saber que nosotros no llamamos a las puertas. Los colaboradores llevan petos amarillos y los familiares, camisetas rojas».

«Es un niño muy alegre y muy cariñoso. Jamás se queja de nada y cuando le pasa algo lo tenemos que averiguar. Los médicos no se explican la fortaleza que tiene, siempre sale adelante», dice Mari. Son precisamente esas ganas de vivir que irradia el pequeño las que mantienen el coraje de la familia.